Autoridades policiales localizaron la tarde de este martes otro tatú donde supuestos pandilleros tendrían escondidas armas y artefactos explosivos. El hallazgo fue en el cantón Rosario, municipio de San José Guayabal, departamento de Cuscatlán.
El túnel fue encontrado cuando la Policía realizaba un procedimiento en el que resultaron dos personas capturadas e incautaron dos escopetas, una industrial y otra artesanal.
La semana pasada, la Policía descubrió un primer tatú construido por pandillas en el cantón El Rosario, San Martín, San Salvador.
El tatú fue hallado por agentes cuando también realizaban un operativo policial. Al interior estaban escondidos cuatro pandilleros menores de edad, dos armas de fuego, varios cartuchos, droga, celulares y esposas policiales.
La cueva, según la Policía, habría sido excavada por pandilleros de la MS y reforzada con cemento para evitar la filtración del agua lluvia.
En esa ocasión, la Policía manejó la hipótesis que ese lugar habría sido utilizado para mantener a personas privadas de libertad, pues al interior había varias colchonetas y prendas de vestir.
Foto D1: Cortesía Genteve.
Ante estos casos, el general retirado Mauricio Vargas, asegura que este tipo de hallazgos evidencian una clara “mutación” de las pandillas.
“Ya se veía un cambio dirigido al fortalecimiento de estas organizaciones criminales. Recordemos que el armamento que han estado utilizando en los últimos ataques es de uso militar, y las tácticas de emboscada ha sido del mismo elemento”, comentó al ser consultado por este medio.
Vargas señaló que estas acciones pude convertir a las pandillas en organizaciones criminales promotoras del “terrorismo”. Muestra de ello, asegura, se evidencia en los ataques contra los cuarteles y las delegaciones policiales.
Al general no le queda duda que “es evidente que hay alguien que conoce de infraestructura, construcción y uso de estos (tatús) que ha estado asesorando a los pandilleros”.
Por su parte, el excomandate guerrillero, Roberto Cañas, considera que “no es correcto” comparar las estrategias de la guerrilla con las que utilizan las pandillas.
“Yo no sé porque lo homologan con lo que hacía la guerrilla. Es cierto que estos son grupos armados, pero no tienen ninguna motivación política y al usar ese tipo de nombres (tatús) legitima a estos grupos criminales. Eso no es correcto”, indicó.
Cañas explicó que el nombre tatú viene de Uruguay, donde se utiliza para denominar a los túneles que hacen los cusucos en la tierra.
“La guerrilla los utilizaba como protección de los ataques aéreos, pero lo que hace la pandilla son escondites, túneles o como les quieran llamar, pero yo no utilizaría la palabra tatú”, concluyó.