La iglesia católica de El Salvador denunció este domingo una escalada de violencia más brutal por el ataque que pandilleros realizan a policías en un país que ya carga con diez homicidios por día.
«Es una escalada que se da en el tema de la violencia (…) estamos entrando en una etapa de violencia todavía más brutal y una confrontación más frontal entre las fuerzas de seguridad y quienes están en la violencia», declaró en rueda de prensa el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, luego de oficiar la misa dominical en la céntrica catedral capitalina.
El obispo salió al paso de los ataques armados que pandilleros realizan a policías a quienes llamó «servidores de la paz» por salir en defensa de la ciudadanía honrada.
En lo que va del año la Policía reporta la muerte violenta de 32 agentes, el último ataque se produjo el sábado, cuando el agente Elmer Iván Beltrán, falleció por disparos que le realizaron supuestos pandilleros cuando jugaba fútbol en una cancha de San Pedro Perulapán, 22 km al este de San Salvador.
Las pandillas o maras atacan a policías a pesar que entre ellas mantienen una tregua desde marzo de 2012. Esa tregua en un inicio redujo los homicidios de 14 a 5 por día, pero en lo que va del año se produjo un repunte criminal con un promedio de 10 muertes diarias.
Para monseñor Rosa Chávez, los ataques de pandilleros son «una provocación» y se pronunció porque las autoridades den respuestas apropiadas.
«Esta acción (ataques a policías) no se puede tomar a la ligera y las respuestas tienen que ser respuestas inteligentes y respuestas también que formen parte de una estrategia bien pensada», resumió.
El sábado, el presidente del país, Salvador Sánchez Cerén, advirtió que los asesinatos de policías «no van a quedar impunes».
El religioso confió en que la reunión de los próximos días del pluralista Consejo de Seguridad Ciudadana pueda «arrojar luces» sobre los caminos para enfrentar a la violencia, tras advertir que «el drama es realmente grave».