“El frijol está ahí en las bodegas. No hay un solo estante vacío de frijol”, dijo este sábado el ministro de Agricultura, Orestez Ortez, ante el alza del precio del frijol, que en algunos lugares alcanza $1.50 la libra.
El incremento en su valor, según detalló, se atribuye a dos razones: la primera es en referencia a una “oleada” de especulación desarrollada en junio y que se “dispara” en julio y la segunda al acaparamiento de “un pequeño grupo de comerciantes”, que en su mayoría cuentan con liberación total del mercado.
Ortez sostuvo que no puede hablarse de desabastecimiento, cuando el país tuvo el año pasado una cosecha récord que de los 1 millón 200 mil quintales logró aumentar a 2 millones 6 mil.
“Y solo se han exportado hacia los Estados Unidos unos 53 mil quintales, que es una pequeñísima cantidad con respecto a lo que consumimos. Frijol hay en el país, solo que hay especulación”, sentenció.
El Ministerio de Agricultura, junto a la Defensoría del Consumidor, realizó una inspección y verificado las bodegas donde se encuentra el frijol. Esta inspección dio como resultado que 37 negocios se encuentren bajo investigación; si se deducen responsabilidades, podrían ser penados.
El MAG, entre algunas medidas para evitar un posible desabastecimiento, anunció que se suspenderían las exportaciones, así como se reforzarían las fronteras –con ayuda de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada- para que no vaya salir el producto. Entre otra medidas, es abrir un contingente de importación de unos 200 mil quintales, que equivale a 9 mil toneladas de frijol. De esta forma, comerciantes al menudeo y cadenas de supermercado puedan tener frijol a bajo precio.
Para evitar que los precios se disparen de forma “exagerada”, como describió el funcionario, podría haber una reunión en los próximos días junto a autoridades de la Defensoría para evaluar medidas de regulación ante el alza presentada.
“Necesita medidas de regulación que las vamos a tomar”, comentó a lo que añadió que el Estado debe comenzar a pensar en poner en marcha una reserva estratégica de granos básico. Con la reserva, en caso de siniestro o de cambio climático, el Estado puede intervenir para que el precio se mantenga bajo en el mercado.