El Tribunal Primero de Sentencia de Ilopango negó este miércoles la revisión de medidas para Miguel Ángel Pozo Aparicio, condenado a 30 años de prisión por participar en la masacre de una familia que residía en el reparto Valle Nuevo, Ilopango.
Pozo Aparicio, que ha cumplido 17 de los 30 años que le fueron impuestos, había pedido que se le redujera la pena a 20 años.
Pero, en una audiencia realizada en el Penal de Apanteos de la Ciudad de Santa Ana, el juez resolvió que no existían elementos para favorecer al imputado con la revisión de la sentencia.
La masacre ocurrió en octubre de 1996. Varios hombres asesinaron a tres mujeres y cuatro niños en la comunidad Valle Nuevo del municipio de Ilopango, San Salvador.
Días después de la masacre, cuatro hombres que trabajaban en la ruta de microbuses 29-A fueron sentenciados a penas de hasta 30 años de prisión acusados de ser los autores materiales.
Un hombre que se arrepintió de participar en la matanza y que la Fiscalía utilizó como testigo clave en la investigación, confesó que Pozo Aparicio contrató a los microbuseros para matar a la familia.
El móvil habría sido el cobro de una deuda a un hombre que tenía contubernios con Pozo en el negocio de drogas. Era a la familia de ese desconocido que los sicarios debían asesinar, pero se equivocaron de familia.
El Fiscal General, Luis Martínez, reveló en septiembre del año pasado que Pozo Aparicio giraba órdenes “desde la cárcel” a miembros del cártel de Texis para que realizaran operaciones.