La mañana de este jueves, en los más de 500 hogares en los al rededores de la residencial El Bosque, San Rafael y Santa Cecilia, en las cercanías del Plan del Pito, en Mejicanos, la algarabía y la fiesta llenaron las calles del lugar. No era un festival, ni una fiesta, era solo el camión de la basura que había llegado luego de 14 días de ausencia.
Mientras los habitantes de esta zona veían en su televisor las noticias de que su alcaldesa, Juana Lemus de Pacas, en medio de sendas discusiones con sus concejales, descuidaba la recolección de basura; ellos lo vivían en carne propia. Pese a que al menos el 43% de la población de este lugar debió haber votado por ella en las elecciones de 2012, si se toman en cuenta los resultados que arrojó el TSE, hoy el arrepentimiento comenzaba a pasar a factura.
Cuando los primeros días no pasó el camión recolector, no perdieron la calma, pues ya estaban acostumbrados. Sin embargo, cuando los días pasaron y las bolsas con desperdicios alimenticios, pañales sucios y papel higiénico de más de una semana se acumuló en sus casas la cuestión fue preocupante.
Luego de una advertencia del alcalde de Nuevo Cuscatlán, Nayib Bukele, vía Twitter, que de continuar el paro del tren de aseo, el mismo iría ayudar. Al día siguiente, llegó junto al alcalde de San Luis Talpa, Salvador Menéndez, cargado de bombos y platillos, camiones y cuadrillas de esos lejanos municipios a recoger la basura del abandonado Mejicanos.
Los pobladores de residencial El Bosque solo vieron las noticias por televisión, con un poco de envidia y un poco de esperanza de ser ellos los próximos, pero a penas llevaban 8 días, con un par de bolsas de legía sobre los cúmulos de basura y un buen odorizador se podía esperar a que llegara un salvador que limpiara el lugar.
Esta tierra, olvidada por todos los alcaldes, la elegida y los foráneos, comenzó a desesperarse. Incluso se organizaron con vecinos con pick up o vehículos y llevaron la basura a algún promontorio más visible, más deshonroso y por tanto uno que más rápido sería limpiado.
La esperanza de que alguien llegara a recoger los desperdicios que ya adquirían un olor insoportable y, hasta nueva vida se generaba de ahí, la alcaldesa calificó la ayuda de “abusiva” y mandó a agentes del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) a cuidar los promontorios de basura para que nadie se la llevara.
Para sumar a los males, el pasado sábado, un grupo de presuntos pandilleros golpearon y privaron de libertad a un voluntario cuando trabajaba en el traslado de basura recolectada en Mejicanos hacia Nejapa, lo que obligó a los ediles involucrados a suspender las tareas de limpieza.
Esta zona olvidada por el tren de aseo vio cada vez más lejana la posibilidad de que, en medio de las disputas, alguien se llevara su basura.
Pero la paciencia es la madre de todas las virtudes. La mañana de este jueves por fin fue el turno de la residencial El Bosque y San Rafael. Y alrededor de las 9 de la mañana, un camión de 10 metros cúbicos con personal de la alcaldía de Nuevo Cuscatlán llegó a esta comunidad. Una sirena anunciaba su llegada y la gente reconoció de inmediato el llamado.
Niños, jóvenes, ancianos, madres de familia, todos corrieron bolsas y cajas en mano a sacar la basura que se encontraba acumulada en sus hogares. No importó si tomaba una ducha, si esta desayunando, si dormía, si un pariente estaba enfermo y necesitaba una medicina, en ese momento lo único importante era que el camión, después de 14 días, había llegado.
Quienes vieron al camión celeste con blanco en los primeros pasajes de la colonia, corrieron sin titubear con su basura en manos a dejárselas.
“¿Son de la alcaldía?”, le pregunta un joven al recolector. “No, nosotros somos de Nuevo Cuscatlán”, dice el recolector, quien viste un traje celeste con blanco y con una N destacada en la espalda. Al final de cuentas poco importa quien mandó el camión, lo importante es que esta noche estos habitantes dormirán sin basuras en sus casas.
El camión, enviado como mandato del mismísimo Bukele, comenzó a adentrarse en los recovecos de la colonia. Y en los pasajes que había dejado atrás, sus habitantes sacaron las bolsas a las entradas para facilitarles el trabajo.
Nunca antes fue tan evidente la gran cantidad de basura acumulada como este día en que decenas de promontorios adornaban las esquinas de los pasajes. “La gente guarda su basura adentro de las casas por temor a que los perros las rompan o que apeste toda la calle”, menciona una de las vecinas. Pero este día no. Este día la basura era una cuestión apoteósica en este lugar.
En menos de una hora, el camión ya estaba repleto y se encontraba subiendo las últimas bolsas que le cambian. Las calles seguían decoradas por más promontorios. “Vamos a regresar, ya no nos cabe nada”, dice uno de los recolectores.
Desde su experiencia, aseguró, estimó que al salir de ese primer viaje ese camión llevaba a cuestas unas 12 toneladas de basura, pero aún hacía falta un segundo viaje o quizá hasta un tercero. Alrededor de las 10:30, el trabajo estaba hecho, al menos ya hay 12 toneladas menos de basura en esa comunidad.
Pese a las rabietas en contra de Bukele y el quebrado concejo municipal de la alcaldesa Juana Lemus de Pacas, el alcalde de Nuevo Cuscatlán reanudó las jornadas de limpieza en Mejicanos. Sin embargo, cada día una sola persona puede producir hasta 1 kilógramo de basura, por lo que no se tardará en que una nueva montaña se acumule en las casas de la residencial El Bosque, y en general en todo Mejicanos.
El camión celeste con blanco no cumplió su promesa. Ya no regresó a terminar el trabajo de recolección de las bolsas que quedaron tendidas, desparramadas y emanando gases bajo el implacable sol de esta canícula y posible sequía que asecha al país.
Sin embargo, un par de horas más tarde, la salvación llegó de quien menos se esperaban. Un camión de basura de la alcaldía de San Salvador llegó a terminar el trabajo que había iniciado el tren de aseo de Nuevo Cuscatlán.
La alcaldesa, ante la crisis que ha vivido en los últimos días y a la intervención que acusaron de política de Bukele y Menéndez, encontró apoyo en los demás alcaldes de su partido, quienes le tendieron la mano y se sumaron a la campaña de limpieza del municipio.
Por eso, es que Norman Quijano, alcalde de San Salvador, también le tendió la mano y mandó sus camiones y cuadrillas a esta zona. Así es que a falta de uno, este día los pobladores de este lugar tuvieron dos camiones, un fenómeno nunca antes visto.
Mientras en la alcaldía no se resuelve el problema y entre los alcaldes foráneos que tienden la mano ya sea bajo la aprobación de Juana Lemus de Pacas o no, este municipio con una población de 140,751 habitantes, según el último censo, produce un estimado de 150 toneladas diarias, según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente. El colapso del sistema de recolección y el caos sanitario es inminente. Y en cualquier día, en cualquier momento, la algarabía llegará en un tren de aseo.
Alcaldesa se defiende
En respuesta a este publicación, la alcaldesa de Mejicanos, Juana Lemus de Pacas, justificó que este atraso de más de 14 días en algunas comunidades de Mejicanos ha sido debido a que la empresa contratada no ha sido efectiva para dar el servicio a la población.
De Pacas explicó en el programa El Salvador al Día de canal 19 que la comuna ha contratado dos empresas para abastecer la demanda en el municipio, sin embargo, han incurrido en atraso.
En este sentido, la funcionaria aseguró que se está estudiando la posibilidad de multar a la empresa o incluso terminar el contrato con la empresa que ha dado un mal servicio a la comunidad.