El ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, dijo este lunes que existen sospechas que el expresidente Francisco Flores habría salido vía marítima o a través de un vuelo privado con destino a Panamá.
«Tenemos una fuerte sospecha que (Flores) salió por la vía marítima de acá del estero de Jaltepeque y llegó a la Marina Puesta del Sol, en Aserraderos, Nicaragua, a cargar combustible para luego salir a Panamá. Y la otra versión es que salió en un vuelo privado para Panamá», manifestó.
No obstante, el funcionario aseguró que no existen registros migratorios que indiquen que Flores haya salido del país.
«No hay registros migratorios oficiales de salida del país. Salvo la última vez que trató de salir a Guatemala, pero que inmediatamente regresó al país porque migración lo detectó. Hemos verificado en otros países de Centroamerica, pero tampoco hay registros», expresó.
Perdomo aseguró que están a la espera que la jueza del caso decrete orden de captura en contra de Flores para proceder a localizar y aprehender al exmandatario.
«Estamos en la línea de investigación. La policía, migración y demás instituciones del Estado estamos en condición de alerta. Si sale una orden de captura procederemos no sólo dentro del territorio nacional, sino también a través de Interpol, si en caso él se encontrara en un país extranjero».
Detectarían lugares de entrenamiento a pandilleros
En otro tema, el ministro dijo que han detectado que algunos pandilleros han tenido entrenamiento militar en zonas que no son campamentos. De acuerdo a informes de inteligencia, pandilleros se están movilizando en cinco lugares y son asesorados por personas con experiencia en uso de armas blancas.
Aunque se cuestionó por qué de conocerse los lugares, las autoridades no habían echado a andar algún operativo, el ministro respondió que «la Policía no está de brazos cruzados» y que se están haciendo algunas detenciones. Sin embargo, agregó que no pueden desarrollarse mientras no tengan órdenes de capturas.
“Estamos en la etapa de investigación. Pero sólo los podemos capturar si están en la etapa de flagrancia, si no tenemos que esperar órdenes judiciales y administrativas para los cuales hay que llevar una serie de pruebas y procedimientos».
Además afirmó que las pandillas «han penetrado» organismos de la sociedad civil como sindicatos, directivas de comunidades, iglesias protestantes y organizaciones no gubernamentales (ONG), como parte de sus acciones de control social.
«Hay algo que es muy importante y es que las pandillas han penetrado sindicatos, han penetrado ONGs, organizaciones comunales, iglesias del sector evangélico, es decir hay toda una estrategia de penetración institucional», dijo en rueda de prensa el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo.
Ya en el pasado, el gobierno había detectado la presencia de miembros de pandillas o personas relacionadas con esos grupos dentro de la policía y la Fuerza Armada, por lo cual tomó la decisión de mantener un trabajo constante de depuración.
La semana pasada, un cadete de la Escuela Militar identificado como José Antonio Núñez, de 19 años, presuntamente vinculado a la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13,) fue detenido por las autoridades tras vinculársele con el asesinato de una persona.
«Esto de la penetración de las pandillas es un problema que lo estamos enfrentando, se está trabajando con diferentes instituciones para detectar a tiempo estos planes de infiltración», sostuvo Perdomo.
En El Salvador, las violentas pandillas mantienen desde marzo de 2012 una tregua cuya vigencia y efectividad se ha tornado dudosa ante el incremento de los homicidios.
El gobierno ha afirmado que la tregua se ha roto, pero las mismas pandillas han dicho que el acuerdo está vigente.
En un inicio, la tregua empujó a una baja en el promedio de homicidios de 14 a cinco diarios, pero ese índice se ha incrementado en la actualidad a nueve asesinatos, dijo el ministro Perdomo, tras indicar que por ello se ha redoblado las labores de seguridad con ayuda de soldados de la Fuerza Armada.
Unos 10 mil pandilleros se encuentran en las cárceles del país, pero en las calles hay otros 50.000 de acuerdo con cifras oficiales.