lunes 28 de octubre del 2024

Martín Rogel: En nuestro sistema judicial todavía prima el amiguismo

por Luis Canizalez


En esta entrevista con Diario1.com, Rogel asegura que una de las debilidades más visibles del sistema judicial salvadoreño es que “todavía prima el amiguismo y la simpatía que se pueda tener por equis o ye persona”.

Martín Rogel es Juez Tercero de Instrucción de San Salvador desde 1998. Es una de las voces más críticas de su gremio. Considera que la ética es importante para fortalecer la independencia judicial.

Rogel participará este martes en la Segunda Conferencia Regional de Independencia Judicial y Fenómeno de la Impunidad. En ella, varios jueces de la región abordarán el tema de la lucha contra la impunidad en Centro América.

En esta entrevista con Diario1.com, Rogel asegura que una de las debilidades más visibles del sistema judicial salvadoreño es que “todavía prima el amiguismo y la simpatía que se pueda tener por equis o ye persona”.

“Los jueces no podemos estar permanentemente en actividades de carácter social. Por ejemplo, si salgo a tomarme una cerveza con abogados que litigan en mi despacho, aunque no sea que estamos arreglando un caso, los ciudadanos lo ven mal”, indica.

En la conferencia ustedes abordarán el tema de la ética y la corrupción. ¿Cómo ve el trato que hacen los jueces salvadoreños en estos temas?

Como jueces tenemos que ser imparciales. Yo entiendo que la ciudadanía quiere que los jueces sentemos precedentes, pero el tema de personas acusadas por el delito de corrupción no sólo depende del juez sino del funcionamiento de toda la institucionalidad. Por ejemplo, que la Fiscalía presente casos con pruebas sólidas. En esa medida, los jueces podemos pronunciar decisiones de condena.

En los últimos meses se han judicializado casos significativos de corrupción. Incluso el del expresidente Francisco Flores, pero no hay señales que los casos lleguen a condenas. ¿Por qué cree que en el país cuesta tanto lograr condenas por delitos de corrupción?

Un caso de un hurto o de un robo se puede resolver sólo con pruebas testimoniales. Pero en el caso de peculado y lavado dinero requieren una mayor inteligencia. También de instrumentos técnicos que ayuden a detectar dónde están las anomalías.

¿Por ejemplo?

Seguir el rastro de las cuentas bancarias del acusado. Para ello se necesita gente especializada en contabilidades. Además, es necesario el uso de interferencias telefónicas y que las investigaciones se tomen su tiempo para que sean bien sustentadas.

¿Qué tan éticos son los jueces a la hora de resolver casos de corrupción?

Hay muchos jueces competentes y muy capaces. Así también hay jueces que debemos cambiar muchas prácticas.

¿Qué prácticas?

Bueno, los jueces no podemos estar permanentemente en actividades de carácter social. Si los jueces vamos a resolver un caso no podemos estar recibiendo a las partes del proceso porque puede dar lugar a sospechas. Por ejemplo, si salgo a tomarme una cerveza con abogados que litigan en mi despacho, aunque no sea que estamos arreglando un caso, los ciudadanos lo ven mal.

¿Y acá se dan estos casos?

Se dan todas estas situaciones. O por ejemplo, jueces que son directivos del fútbol. El juez no debe de andar en eso.

Foto D1, cortesía Centro Judicial.

Foto D1, cortesía Centro Judicial.

¿Aún existen los sobornos en nuestro sistema judicial?

Yo creo que sí. Decir que no sería ser un iluso. Lo que sucede es que ahora los controles son mayores. Hay más leyes de transparencia y en las redes sociales la ciudadanía está monitoreando la actividad de los funcionarios. Eso limita y hace que los mecanismos que llevaban al soborno o la prebenda sean más sutiles o más refinados.  

Si puntualizamos, ¿Cuáles son las debilidades más visibles del órgano judicial?

Por ejemplo, los controles disciplinarios de los jueces no son los más adecuados. Todavía en nuestro sistema prima el amiguismo. También la simpatía que se pueda tener por equis o ye persona. Los aspectos de carácter ideológico también inciden.

Pero también hemos avanzado. Si se analiza a los jueces de hace veinte años, no tenían la más mínima independencia. Era un juez que le llamaba el  magistrado de la Corte o el Ejecutivo para incidir en su trabajo, y ese juez hacía lo que le decía esa persona.

Volviendo al tema de la corrupción. Otros países de la región han dado pasos significativos. Costa Rica y Guatemala han logrado no sólo llevar a los tribunales a expresidentes sino que también los han condenado. ¿Por qué en El Salvador se quedan estancados los procesos judiciales cuando se trata de casos fuertes?

Veamos el caso de Costa Rica. Ellos han enjuiciado a tres expresidentes de la República, pero las penas que se les dieron son simbólicas. Esos expresidentes cumplieron sus penas en sus casas. En Guatemala, la jueza que llevó el caso de Efraín Ríos Montt (expresidente acusado de genocidio) fue suspendida como jueza y el Tribunal Constitucional de Guatemala dejó sin efecto su resolución. Entonces, el tema de la corrupción pone de manifiesto la debilidad institucional en toda la región.

En el país están llegando a los tribunales algunos casos de corrupción, pero tampoco se piense que porque los casos de corrupción están viniendo a los tribunales ya nuestro país es de primer mundo. Tampoco nos podemos engañar.

¿Y ustedes tienen el temor de ser sancionados por emitir resoluciones comprometidas?

Yo creo que sí. Y no solamente el temor por las amenazas que puedan venir de los poderes formales, sino también del crimen organizado.

Entonces, ¿cuál es el reto de los jueces ante estos casos?

Los jueces debemos sobreponernos a las presiones de los poderes fácticos, económicos, mediáticos y de cualquier otro poder que quiera incidir en la decisión del juez. Nuestra misión como jueces es ser imparciales e independientes.

Desde hace varios años se habla de depurar a los jueces corruptos, ¿por qué no se ven resultados?

Hay necesidad que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) establezca procedimientos disciplinarios contra los jueces corruptos. A veces hay investigaciones contra jueces, y esas investigaciones nunca se sabe qué pasa con ellas.  Permanecen hasta diez años engavetadas en la sección de investigación judicial.  Pero es necesario depurar aquellos casos de corrupción de jueces, así como se depura la policía y a la Fiscalía.

En estos momentos algunas instituciones judiciales están siendo infiltradas por las pandillas, ¿no corre ese mismo peligro el Órgano Judicial?

No sería raro que el mismo órgano judicial, en cuanto a sus empleados e incluso sus jueces, puedan tener una infiltración de parte de este tipo de organizaciones delincuenciales.

¿Qué se debe mejorar para ser más efectivo el sistema judicial?

La coordinación entre las instituciones. No significa que se va interferir en las labores entre las instituciones, pero sí se debe realizar una mejor coordinación.