El 31 de mayo se celebra en muchos países del mundo el Día Mundial sin Tabaco y en este contexto autoridades de Salud lanzaron la campaña «Sube el impuesto al tabaco, bajan las muertes y enfermedades».
En este sentido, el viceministro de Políticas de Salud, Eduardo Espinoza, aseguró que si se aumenta en un 50% los impuestos al tabaco, se lograría que 49 millones de personas en tres años dejen este mal hábito y salvaría la vida de 11 millones de personas en el mundo. No obstante, en Latinoamérica al aumentar más el costo del tabaco se registrarían entre 17 y 47 mil muertes menos al año, apuntó.
Por su parte, Rigoberto Gónzalez, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien asegura que con un aumento sustancial en los precios del tabaco, un país como El Salvador de renta media baja puede disminuir hasta un 5% el consumo del tabaco.
Además, apuntó Espinoza al elevar un 50% los impuestos se obtendrían unos 100 millones en concepto de recaudación fiscal.
Asimismo, Verónica Villalta, directora ejecutiva de Fosalud, acotó que incluso la recaudación fiscal actual, al menos al cierre de 2013 cerró cerca de los $30.3 millones y solo la atención ambulatoria de los niños de 1 a 9 años para enfermedades respiratorias, relacionadas con la exposición al tabaco, le cuesta al Ministerio de Salud casi $40 millones. Por lo que explica es insuficiente la recaudación actual con los gastos que se generan.
Los incrementos de impuestos sobre el tabaco que producen aumentos en los precios de los cigarrillos motivan a los fumadores a dejar de fumar, aumentan los intentos exitosos de dejar de fumar, reducen la cantidad de cigarrillos fumados por persona y previenen la iniciativa en jóvenes, afirma el Atlas de Tabaco, en su cuarta edición.