Pequeños empresarios de El Salvador pidieron este viernes al gobierno medidas para frenar un repunte de la violencia, atribuida por las autoridades principalmente a las pandillas, que está afectando sus negocios y las inversiones.
«Cada día la situación es más difícil ante el incremento de los hechos (homicidios, robos y extorsiones), rebasando la tolerancia de la población, especialmente de las micros y pequeñas empresas», advirtió el Consejo Nacional de la Pequeña Empresa de El Salvador (Conapes) en un comunicado.
Conapes afirmó que «nadie quiere invertir, ni nadie se arriesga» en un país considerado entre los más violentos del mundo.
Una tregua que mantienen las principales pandillas desde el 9 de marzo de 2012 redujo los homicidios de 14 a seis por día, pero entre enero y marzo pasado el país registra nueve muertes diarias y las extorsiones se han generalizado.
«Lamentablemente no nos podemos quedar callados al ver tanta desgracia y muerte, incremento en las extorsiones, el accionar del narcotráfico y la incapacidad manifiesta de las autoridades», aseguró Conapes, que considera que la tregua fracasó.
Los pequeños empresarios destacaron que cada día los actos cometidos por la delincuencia se «recrudecen» y advirtieron que el «mal manejo» de la política de seguridad pública puede conducir al país a una crisis sin precedentes por lo que pidieron una «profunda y rápida acción».
El gremio empresarial acusó al sistema judicial de «complicidad» por dejar en libertad a «delincuentes», ante lo cual «angustia, temor, preocupación y silencio de la población» que temen denunciar los crímenes.
El Conapes demandó al próximo presidente, el excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, que asumirá el 1 de junio, depurar a la Policía e instalar un gabinete de seguridad con personas «calificadas».
El gobierno, líderes de iglesias y de ONG entablaron el pasado miércoles un diálogo que busca vías para afrontar el recrudecimiento de la violencia.
Los pequeños empresarios «aplauden» que se haya iniciado ese diálogo, pero piden descartar al vicario castrense Fabio Colindres y al excomandante Raúl Mijango, los mediadores de la tregua entre pandillas.
«Recomendamos no incorporar más de lo mismo, con mediadores de la fracasada tregua hipócrita anterior», subrayó Conapes.
Unos 10,000 pandilleros se encuentran en las cárceles, pero en las calles hay unos 50,000, de acuerdo con cifras oficiales.