La mañana del 11 de diciembre de 2013 sobre la 75 avenida norte, a la altura de la colonia Miralvalle, despertó con un nuevo vecino incómodo: una cárcava de menos de dos metros justo al centro de la vía.
El agujero parecía algo simple. Fue resguardado por cintas amarilla a la espera de la evaluación técnica del Fondo de Conservación Vial (FOVIAL). Cuando la evaluaron el diagnóstico no fue nada alentador: una tubería de aguas lluvias había colapsado. Para iniciar la reparación, debían ir hasta donde estaba la tubería, a unos 14 metros de profundidad.
Según las autoridades, la cárcava se originó debido a la inclinación de las tuberías de aguas lluvias, que propiciaron su colapso y la saturación de agua en la zona, lo que representaba un riesgo latente para los habitantes de las colonias aledañas y los más de 35 mil vehículos que transitan a diario por esta neurálgica vía.
En aquel momento, nadie imaginó que la obra se prolongaría por más de cuatro meses, generaría un tráfico excepcional en la zona y los vecinos sufriría no solo del colapso vehicular, sino también de constantes inundaciones con cada lluvia esporádica. Y para el Ministerio de Obras públicas también fue un dolor de cabeza.
La inversión, según el titular de esta cartera de Estado Gerson Martínez, ascendió a más de medio millón de dólares y la logística para mantener a cuadrillas de trabajadores del FOVIAL 24 horas al día.
Las actividades que ejecutó el FOVIAL comprendieron: excavación, relleno y estabilización del suelo a más de 17 metros de profundidad, colocación de pedraplen (capa de piedra en la base de la excavación), saneo y reforzamiento de pozos, colocación de crucetas para disminuir la caída de agua y colocación de tuberías.
Según reportaron las autoridades, durante la excavación, se presentó una seria amenaza de desplome de las paredes de la excavación por efectos de la excesiva humedad del suelo. Eso obligó a cambiar el esquema de intervención por lo que se procedió a la construcción de pilotes, donde se los colocó anillos de concreto en todo el contorno de la excavación.
Aunque al principio el agujero no tenía más de dos metros, nadie imaginó en ese momento que los trabajos de excavación se extendieran hasta 35 metros lineales, puesto que la reparación no se limitó al tramo dañado sino a la reconstrucción total de la tubería de pozo a pozo receptor.
Las obras implicaron el cierre de al menos dos carriles, e inclusive se llegó a tener el cierre de tres y la prohibición total de paso para el transporte de carga y colectivo.
Y aunque el gobierno se había comprometido a hacer la entrega de la obra finalizada a finales del mes del abril, lograron terminarla antes del tiempo estimado y este lunes 21 de abril el paso fue habilitado en la zona. El ministro de Obras Públicas, aseguró que ya solo hace falta la limpieza y la señalización en la zona que se hará en los próximos días.