El salvadoreño Nelson Vladimir Valencia Massin, de 42 años de edad; acusado de tráfico ilegal de personas, privación de libertad y otras agresiones sexuales, cometidos en contra de una menor de 4 años de edad de nacionalidad mexicana, fue condenado este jueves a purgar una condena de 10 años y 8 meses de prisión.
Del relato de la pequeña víctima se logró establecer la participación delictiva del imputado, quien el 1 de abril del 2013 privó de libertad a la menor, mientras ésta se encontraba acompañando a su madre en la Plaza Bicentenario del Estado de Texcoco, en México.
Desde ahí la trajo a El Salvador y tuvo que sortear la frontera entre México y Guatemala y luego la de Guatemala y El Salvador, aunque los fiscales no se explican cómo las autoridades de esos puntos fronterizos no le exigieron la documentación de la menor o si el condenado pasó por puntos ciegos.
Se presume que participaron dos personas en el hecho, pero solo se han logrado acusar formalmente a Valencia Massín, de 43 años. Aparentemente, la menor fue engañada con la promesa de que le regalarían un conejo como mascota.
Versiones extraoficiales sostienen que la niña mexicana sería vendida en Europa, donde los órganos humanos se comercializan por grandes sumas de dinero. Esto añade más interrogantes al caso.
Massin fue detenido en la lotificación San Antonio del departamento de Sonsonate, luego de que dejara a la menor al cuido de los propietarios de una tienda de esa localidad, mientras él realizaba algunas gestiones en la cabecera departamental.
Como garantía, el imputado dejó un pasaporte, una libreta bancaria, un carné del ministerio de Hacienda, que contenía su Número de Identidad Tributaria (NIT).
La menor fue identificada por unos lugareños gracias a una fotografía que se había difundido en un canal de televisión hispano y avisaron a la PNC, al tiempo que se pusieron en contacto con un familiar en los Estados Unidos y este envió la información a las autoridades mexicanas, para que hicieran del conocimiento al secretario del Ayuntamiento de Texcoco, Horacio Duarte.
De inmediato, Duarte localizó a la madre de la menor raptada y por medio electrónicos se le tomó una fotografía a la menor en El Salvador y fue enviada a México, donde su madre la logró identificar.
Las autoridades de ambos países realizaron un video chat y la madre le hizo unas preguntas clave. ¿Cuál es su dulce favorito?. La menor contestó: “El Pelón de Chile”.
¿Qué caricatura te gusta? Sin vacilar respondió: “Miky” ¿Cómo se llama tu abuelo? Dijo “Pedlo” porque no puede pronunciar la “r”. Había certeza de que se trataba de Valeria.
Fue la robusta prueba de cargo, aportada por fiscales de la Unidad Especializada de Tráfico Ilegal y Trata de Personas la que fue valorada por el Juzgado de Sentencia de Sonsonate que resolvió la condena del imputado.
Tras la captura, el Fiscal General, Luis Martínez gestionó en pocas horas el retorno de la menor hacia su país para que lograra reunirse con su madre. A raíz de este caso, el funcionario ideó lo que hoy se conoce como Alerta Ángel Desaparecido, una herramienta tecnológica de la Fiscalía utilizada para el reporte y búsqueda de menores desaparecidos.