Alex Segovia, secretario técnico de la Presidencia de la República dijo que como prioridad del trabajo en las comisiones de transición está definir todas las medidas para garantizar la estabilidad macroeconómica y financiera, como una serie de reformas legislativas que debe realizar Asamblea en relación con la firma del Fomilenio II.
El funcionario de gobierno dio como ejemplo de que para la concesión del puerto de La Unión, se necesita dar una garantía (sea escrita o con alguna reforma legislativa) a los empresarios que van a participar de la licitación, de que el estado se va a comprometer a realizar el dragado.
Hubo un proceso de precalificación del cual se seleccionaron cuatro empresas: una sudamericana, otra filipina y dos europeas que van a participar de la licitación. Además, según el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, una empresa cualquiera de ese país puede participar. Ya hay una interesada.
«Ese es un ejemplo de temas que están ya ahí que no pueden esperar más y que son buenos para el país. Es bueno tener un puerto de La Unión funcionando, operado por una empresa internacional de clase mundial que lleve un desarrollo a la zona oriental. Temas como ese son típicos de la agenda de transición», expresó Segovia.
Como parte de dicha agenda, la firma del Fomilenio II entre los dos gobiernos depende exclusivamente de las reformas a la Ley de Asocio Público-Privado que debe aprobar la Comisión Especial del congreso, y que espera se realice a más tardar en marzo. «La Asamblea tiene que ayudarnos, ojalá por consenso, a aprobar esas reformas», manifestó.
Reconoce que la agenda de transición es compleja pero es posible dejar sentadas las bases para que a partir del segundo semestre de este año y el primero de 2015 comience un proceso de inversiones estratégicas «que nunca las ha tenido este país», que consiste en la construcción plantas de energía con base en gas natural, energía solar y fotovoltáica así como de empresas, infraestructuras e industrias.
Con respecto al tema fiscal, Segovia desmintió que no haya habido avances, pero es consciente de que la solución no es inmediata. Todos exigen del Estado eficiencia y calidad, pero a la hora de aportar recursos son pocos los que asumen esta responsabilidad. La crisis fiscal, desatendida según él por los gobiernos anteriores, no se va a resolver ni en un mes, ni en seis meses, ni en un año ni en cinco. Por eso una profunda transformación en la forma de operar de las instituciones públicas es necesaria.
Los preparativos para la transición se han establecido hacia varios meses atrás, por lo que independientemente de quién resultara ganador de las elecciones, tanto los ejes de debate como las personas estaban prácticamente definidas. Por eso esta agenda de transición es una agenda de país, no de partidos.
Para Segovia, ahora lo importante es que, pasada la «vorágine electoral», es necesario ponerse a trabajar y buscar acuerdos que permitan implementar los proyectos necesarios para el desarrollo y crecimiento del país.