El Subdirector de la Policía Nacional Civil, Mauricio Ramírez Landaverde, confirmó la tarde de este martes que ha habido un leve repunte de homicidios en los primeros seis días del año, con relación al número que esa corporación policial registra del año anterior.
Según el informante, ya son 56 personas que han perdido la vida en diferentes puntos de El Salvador, siendo el día más violento el primero de enero donde hubo 16 personas asesinadas. La mayor parte de esas muertes fueron provocadas por sujetos en estado de ebriedad.
De acuerdo a Ramírez Landaverde, el promedio de fallecidos es de 9.2 por día y que el año pasado el número era entre 6 y 7 personas.
Para el jefe policial, siempre los primeros días del año hay un incremento de homicidios y luego el número se reduce, aunque declinó atribuir todos los asesinatos a miembros de pandillas, porque ello lo determina las investigaciones que hacen los agentes de la PNC.
Por lo menos este martes y hasta las cinco de la tarde ya se registraban seis personas asesinadas, que si se suma al global de la PNC el número se eleva a 62 muertos.
En la lista de este día entra don Humberto Pérez de 49 años de edad, quien perdió la vida en la comunidad Bendición de Dios, municipio de Zaragoza, departamento de La Libertad y se presume que sus verdugos los mataron para robarle sus pertenencias. Él se transportaba a su lugar de trabajo.
De igual forma en la quebrada El Murcielago, en las cercanías de la terminal de Occidente de esta capital, médicos forenses del Instituto de Medicina Legal reconocía el cadáver de una persona desconocida.
Otro cuerpo sin identificación fue localizado en el desvío de Apulo, del municipio de Ilopango, departamento de San Salvador. La persona estaba atada de pies y manos en el interior de una bolsa.
Un doble homicidio se registró en las primeras horas de este martes en el kilómetro 23 de la carretera que de San Salvador conduce a San Pedro Perulapán, en el lugar conocido como El Espino.
Los hermanos José Carpio y Darwin, ambos de apellido Ramírez, que laboraban como cobrador y motorista de un microbús de la ruta 140, fueron abatidos a tiros y según agentes de la PNC, el doble asesinato podría ser por problemas de renta, aunque los propietarios de esas unidades afirman que están al día con los pagos de extorsiones.
En solidaridad con los hermanos Ramírez, los motoristas de los microbuses de esa ruta decidieron suspender labores hasta nuevo aviso.
Asimismo Geovanny Alexander Calderón, de 37 años, fue atacado con arma de fuego en el interior de un autobús. El hecho sucedió en el caserío Primaverita de Santa Ana y falleció en el acto.