La Asociación Pro-Búsqueda rememoró hoy la vida y obra de su fundador, el padre español Jon Cortina, en el marco de su natalicio con un acto cultural en el parque Cuscatlán de San Salvador, frente al monumento de los desaparecidos durante el conflicto armado.
Decenas de personas se hicieron presentes con flores, velas y fotografías de las víctimas durante la guerra, como forma de mantener vivo el legado de Cortina y su lucha por la defensa de los derechos humanos en el país. Además, músicos, artistas, payasos y una batucada del grupo Teatro Nuevos Tiempos (también vinculado con la asociación), se hicieron presentes para darle un matiz alegre a esta celebración.
Nacido el 8 de diciembre de 1934 en la ciudad de Bilbao, Cortina vivió en carne propia la violencia e injusticias cuando fue obligado a huir de su pueblo, el cual fue destruido por el régimen de Francisco Franco, en conjunto con la fuerza aérea Nazi. Esta realidad marcó el destino de su vida para siempre, ya que su vocación religiosa, combinada con el anhelo de justicia social le hizo ubicarse con la orden Jesuita. Así llega a El Salvador por primera vez, en 1955.
Para la década de 1970 imparte clases de Ingeniería en la UCA, participa en construcción de puentes y carreteras e inicia su labor de ayuda a los sectores menos favorecidos de la población, junto con otros jesuitas.
La muerte de monseñor Óscar Arnulfo Romero, Rutilio Grande, entre otros religiosos comprometidos con el pueblo, lo marcaron de por vida y fortalecieron su convicción en la lucha contra la injusticia social. Mediante la recopilación de testimonios de habitantes de la comunidad de Guarilla, tuvo noticia de las desapariciones de niños y niñas en varias comunidades del departamento de Chalatenango, por lo que decide acompañar a sus familias en la búsqueda de los niños y de esa forma, devolverle la tranquilidad a ellos y a la comunidad entera.
Luego de firmados los Acuerdos de Paz, decide, junto con los familiares de los desaparecidos, formar la asociación Pro Búsqueda en 1994, como manera de consolidar y hacer más visible ante la opinión pública el impacto de las desapariciones forzosas durante el conflicto armado. Desde su fundación, Cortina asumió el rol de Director, al frente de esta causa desde el ámbito legal, jurídico, psicosocial y político en beneficio de las víctimas.
Este trabajo se vio interrumpido cuando en 2005, mientras se encontraba en ciudad de Guatemala, sufrió un derrame cerebral, por el que fue internado de emergencia en el Hospital Nuestra Santísima Señora del Pilar. Nunca se pudo recuperar de este padecimiento y el 12 de diciembre falleció.
Por eso, la asociación que él mismo fundó conmemora cada 8 de diciembre la intensa labor de Cortina por las causas sociales, todavía vigentes ocho años después de su muerte.
Para los organizadores de la conmemoración, este año la fecha adquiere un carácter especial debido al ataque recibido a la oficina de la asociación, que dejó como saldo la destrucción, hace menos de un mes, de los archivos de tres causas que han presentado ante la Sala de lo Constitucional sobre la desaparición de siete niños.