Las autoridades de Protección Civil decretaron el domingo alerta naranja para el departamento de San Miguel. Los migueleños intentaron mantener la calma a raíz de la explosión del volcán Chaparrastique, el cual lanzó una columna de humo, ceniza y azufre.
En la “Perla de Oriente”, como se conoce a San Miguel, la mayor parte de los lugareños elevaba su mirada hacia el coloso, que aún a las 6:00 de la tarde del domingo arrojaba gas azufrado. La columna de vapor se confundía con las nubes y en ocasiones no se podía diferenciar una de la otra.
La actividad comercial nocturna se mantenía como un día normal. Había afluencia de vehículos a los centros comerciales y restaurantes de comida rápida, una posible mezcla de indiferencia con un intento de seguir una vida normal. Todo estaba abierto, hasta las barras show invitaban a los jóvenes a que ingresaran a ver los bailes eróticos.
En los albergues se repartieron colchonetas, comida caliente, se dio atención médica principalmente a personas con crisis nerviosa y afecciones pulmonares. Además, se realizaron diferentes actividades recreativas con los niños para hacerles menos traumática la experiencia vivida.
Los 1,600 evacuados fueron alojados principalmente en los albergues de San Miguel: Gobernación, Círculo Estudiantil (INJUVE), el Instituto Nacional de San Miguel y en el municipio de Chinameca, del mismo departamento, aunque se esperaba habilitar otros en poblaciones de Usulután. Por lo menos en el Circulo Estudiantil había unas 500 personas entre hombres, mujeres y principalmente niños.
La mayor parte de los afectados proceden del Canacastal, Las Moritas, Las Placitas y San Jorge. En este último lugar, por estar aledaño al Chaparrastique, todo quedó cubierto con ceniza y en el ambiente se respiraba un intenso olor a azufre, que hacía que las mucosas y los ojos se irritaran.
Según el director nacional de Protección Civil, Jorge Meléndez, todas las instituciones de gobierno en especial los ministerios de Salud, Medio Ambiente y Obras Pública, así como la Policía Nacional Civil, el Ejército y el Seguro Social, están en emergencia para atender cualquier evento que suceda en las próximas horas.
La alerta amarilla se aplica a todo El Salvador y la parte más intensa del evento se registró entre las 10:30 de la mañana a la 1:00 de la tarde.
A las 7:00 p.m. del domingo 29 el Ministerio de Medio Ambiente afirmaba que el nivel de vibración del Chaparrastique se había reducido y mantenía el compromiso de vigilar el comportamiento de este coloso, para elevar el nivel de emergencia.
Pese a que las autoridades de Protección Civil hacían un llamado para que los residentes de las zonas afectadas evacuaran la zona, la mayor parte de ellos se resistía en dejar sus pertenencias, por el temor a que se las robaran y otros simplemente eran indiferentes a la explosión del volcán. Para los hombres y mujeres de mayor edad no es nada nuevo y no hay razón para alarmarse.
Contraen matrimonio pese a las explosiones
Mientras unos trataban de salir del cantón Las Placitas, del municipio de San Miguel, Isaías Castillo y Heysel Girón, ambos de 27 años, decidieron contraer matrimonio frente al imponente volcán que horas antes había expulsado densas columnas de humo, cenizas, agua y vapores azufrados.
Ataviada con su traje de novia, acompañada de sus padres y de sus damas de honor, con mucha elegancia caminaba por la calles de ese cantón rumbo al templo evangélico Monte Sion de esa localidad.
Pese a que las calles estaban desiertas y muchas casas habían sido abandonadas, en el interior del templo el pastor bendecía a la joven pareja, que decidió contraer matrimonio pese a las erupciones volcánicas.
“Pese a que este evento alarmó a todo El Salvador, eso no me impide a que este día contraiga matrimonio. Es una fecha que tanto he esperado y el volcán no me va a arruinar mi boda”, dijo Heysel Girón.
Usando una frase del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, con su personaje “Chespirito”, dijo: “todo está fríamente calculado”. Agregó: “No hay que alarmarse demasiado, son eventos que suceden no muy a menudo pero en este lugar ya han pasado en ocasiones anteriores y confiamos en Dios en que el volcán volverá a la calma”.
“Por alertarse tanto hay gente que ha salido de este lugar huyendo y han chocado, pero nosotros mantenemos la calma. El banquete −pollo y gallina guisada− están a la espera y la fiesta va a comenzar a partir de las 6 de la tarde”, dijo Heysel Girón.
“La gente se ha alertado demasiado por algo tan mínimo”, consideró.
Al preguntarle qué haría en caso de que el volcán entrara en erupción, respondió: “primero me encomendaría a Dios, luego tiro los zapatos, me levanto el vestido y salgo corriendo”.
Los padres de la novia mantenían mucha serenidad, ante el estado de emergencia decretado por las autoridades del Sistema de Emergencia Nacional.
El padre de la novia, Antonio Girón, luciendo su mejores galas, dijo que ahora le tocaba a su hija dar ese paso que él dio hace 30 años, cuando contrajo matrimonio y del cual no se arrepiente.
No puedo perder mis cositas
Adriana de Jesús Pérez, de 68 años, puso resistencia a los llamados de desalojar la zona por temor a que los ladrones le despojen de sus pocas pertenencias y aduce que no es la primera vez que ve un evento de esta naturaleza. 1964 dijo haber estado en otra situación similar, al grado que la ceniza volcánica doblegaba a los árboles de café.
“Tenía como 40 días de haber dado a luz a uno de mis hijos y aquí me quedé. El volcán tiró un par de piedras y fueron a caer por Santiago de María (Usulután) y nunca me fui. Hoy menos. Eso de andar rodando no me gusta. Creo que voy a pasar frío y hambre, y míreme ahora aquí cocinando mis frijolitos que me voy a comer en la noche”, dijo con mucha firmeza la anciana.
“Yo tengo fe en Dios y sé que no me va a pasar nada. Con esta son tres erupciones las que he visto y no me quiero ir porque tengo que batallar con la cabrita y no la quiero abandonarla y menos a los perros que me cuidan. Donde quiera está Dios y hoy está conmigo”, manifestó la señora Pérez.
Por su parte, José Alberto Villalobos Sánchez, de 33 años, escuchando música de Vicente Fernández y muy atareado con sus tres hijos en la recolección de maíz, afirmó estar muy confiado en que el volcán Chaparrantique se quedará tranquilo y que “mañana estará mejor que hoy”.
“No podría decirte si tengo miedo o no, pero nosotros no nos movemos de este lugar. Mis padres han pasado una situación de esta naturaleza y no les ha pasado nada. Es más, no ha caído mucha ceniza al techo de la casa”, indicó.
“Creo que las autoridades no nos pueden llevar a la fuerza. Y si fuera así, entonces creo que tendré que salir de mi casa, pero hoy no. Si buscamos la salvación está en cualquier parte, la misma biblia dice que los mares rebalsarán y los volcanes tirarán fuego. Estoy confiado que no nos pasara nada”, agregó.
VEA LA FOTOGALERÍA SOBRE LA COBERTURA ESPECIAL TRAS LA EXPLOSIÓN EN EL CHARRAPASTIQUE. LAS IMÁGENES DE SALVADOR SAGASTIZADO MUESTRAN EL LADO HUMANO DE LA EMERGENCIA:
[cycloneslider id=»894″]