El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

Bombero del año: Me estrené en el terremoto de 1986

por Napoleón Morales


Asegura además que la experiencia capitalizada en 1986 le sirvió para atender a personas soterradas del deslave de Las Colinas, Santa Tecla, durante el terremoto del 13 de enero de 2001.

El bombero del año, Moisés Alejandro Flores, fue condecorado este miércoles como el «Bombero del Año». Flores, luego de 28 años de pertenecer al Cuerpo de Bomberos de El Salvador, puede decir con firmeza que lo más fuerte que ha tenido que atender  ha sido atender a víctimas del terremoto que sacudió San Salvador el 10 de octubre de 1986.

Se estrenaba como bombero y tenía como un año de ejercer. Recuerda que había atendido emergencias, leves conatos de incendios en algunas residencias. Cuando la tierra estremeció a la capital de El Salvador, dejando al descubierto el bahareque que es la columna vertebral en la construcción de viviendas de adobe, parecía que podría enloquecer porque había emergencias por todos lados.

“Podría decir que me estrené en el edificio Rubén Darío porque ahí me concentraron en el rescate de víctimas. Nos retiramos hasta que rescatamos al último cadáver y fuimos el apoyo de los rescatistas nacionales y extranjeros que llegaron a ese lugar para tratar de ubicar víctimas”, indicó.

“Pasando esa emergencia ya podía decir que estaba preparado para atender cualquier tragedia por muy difícil que fuera, sea una catástrofe natural o un incendio estructural de grandes proporciones. El miedo lo perdí después de estar bajo enormes bloques de concreto que amenazan caerte encima”, afirmó Flores.

Aseguró, además, que la experiencia capitalizada en 1986 le sirvió para atender a personas soterradas del deslave de Las Colinas, Santa Tecla, La Libertad, durante el terremoto del 13 de enero de 2001.

“Son muchas anécdotas que puedo contar al atender emergencias, pero las que más vienen a mi mente son aquellas en que he estado a punto de perder la vida o, en el menor de los casos, resultar herido de gravedad. Por ejemplo, en el cementerio general de Chalatenango estábamos extinguiendo un incendio en un árbol de ceiba, cuando repentinamente una rama se cristalizó y cayó de golpe, por fortuna logré esquivarla, porque sino me hubiera matado”, dijo el bombero del año.

Una de las emergencias de las cuales se siente orgulloso fue haber contribuido con el rescate de un niño de 18 meses que cayó dentro de una fosa séptica. “El pobrecito gritaba y sabía que estaba en una situación muy riesgosa para él, porque tuvimos que retirar la plancha de concreto y evitar que uno de los pedazos le cayera y lo matara. Trabajamos con celeridad y lo pudimos rescatar sano y salvo, pero no por ello el grupo que trabajamos en esa actividad nos consideramos héroes”, expresó el informante.

Tras el recibimiento que recibió este miércoles en el marco de celebrarse el día alusivo al Cuerpo de Bomberos, dijo estar más sólido que nunca para trabajar en beneficio de la población.