Su cuerpo apenas alcanza el tamaño de una llave común. Cubierta de un plumaje verde metálico y pecho blanco, Rubí, como todos le llaman, es una colibrí que fue encontrada moribunda sobre la acera de una transitada calle.
Quien se percató de la diminuta ave la entregó al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) al interior de una caja. Rubí llegó con las patitas encorvadas, débil y sin fuerzas para alzar vuelo. Una bióloga del MARN la abrazó con la palma de la mano y la colocó al sol. Tan pequeña es el ave que su pico entró fácilmente por la boquilla de una jeringa, la cual había sido llenada con agua azucarada y vitaminas.
Casi de inmediato, la pequeña Rubí reaccionó, pero sus alas al parecer no. Una radiografía poco usual realizada en la veterinaria de FUNZEL, reveló que no tenía fracturas, pero sí una anormalidad en la musculatura de su ala izquierda.
Con el pasar de los días, la colibrí que mide 5.7 centímetros y pesa tres gramos – un poquito más de lo que pesa una moneda de $0.10 – se recupera poco a poco. Ya come y hace la lucha por levantarse, aunque esto todavía no lo logra.
Quienes la cuidan tienen esperanza de que pueda volver a volar. Rubí es de esas especies de aves migratorias que habitan en el Sur de Canadá y Estados Unidos y viajan solas hacia Centroamérica huyendo de las bajas temperaturas.
Esta Archilochus colubris es la única de las 25 especies de colibrís registrados en El Salvador que es migratoria. Emprenden su largo camino desde finales de septiembre hasta abril. En el país se les puede ver más entre octubre y febrero.
Los colibríes son pequeñas aves, con un colorido y exótico plumaje, que se alimentan principalmente del néctar de las flores. Se trata además de una especie de ave singular, que cuenta con varias peculiaridades: su vuelo es tan rápido que alcanza los 97 kilómetros por hora y puede mover sus alas cerca de 95 veces por segundo, por lo que puede cruzar el Golfo de México en solo ocho horas. Además es la única ave que puede volar tanto hacia delante como hacia atrás.
El Salvador es visitado por al menos 250 especies de aves migratorias cada año entre los meses de agosto y mayo.
Se desconoce qué cortó el vuelo de Rubí, quien llegó al MARN a principios de noviembre. Por el momento la diminuta ave bicolor y ojos negros se recupera temporalmente en una jaula a la espera de que pueda volver a volar.
Historia y fotografías del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN)
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