Un año después del último golpe de la roya al sector cafetalero, el paso de la estación lluviosa a la seca, el clima caluroso de estas noches de octubre y noviembre provocó otro rebrote del letal hongo en fincas de café de la zona de oriente, occidente y centro del país.
Este nuevo embate no solo representará una menor producción de la cosecha del grano de oro, sino también supone, que actualmente, muchos productores piensen dejar el negocio. La embestida es dura, ya que muchas plantas apenas han podido concentrar sus esfuerzos para mantener sus hojas en pie, por ende, este rebrote puede ser devastador.
La roya es un hongo que causa la caída de la hoja del cafeto, lo que evita la absorción de energía necesaria afectando el crecimiento del grano de café. Más del 90% del parque cafetero salvadoreño es de variedades tradicionales, como Bourbon, Pacas y Pacamara que son poco resistentes a enfermedades como la roya y el cambio climático que afecta actualmente.
Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación de Beneficiadores y Exportadores de Café (ABECAFE), confirmó en una entrevista a Diario1 que el rebrote de roya ha iniciado en varias de las fincas del territorio nacional. Además, comentó que hace más de dos semanas como ABECAFE giraron una recomendación interna y hacia los productores para estar en alerta por un nuevo ataque de roya que sería bastante fuerte.
Borgonovo, también productor, explicó que si la roya se maneja preventivamente o si se aplican los fungicidas se puede controlar a tiempo. Sin embargo, admite que si se llega tarde, ya es bien difícil salvar la planta, por lo que se necesita tener la liquidez necesaria para invertir en aplacar el hongo.
“Nosotros en la finca hemos hecho cinco aplicaciones de fungicida, costo que suma $100 por manzana o $142 por hectárea”. Pese a que otros productores así como Borgonovo estaban listos para enfrentar un posible rebrote, muchos de ellos ya no tienen la liquidez para seguir luchando en contra de este devastador hongo, lamentó.
El titular de ABECAFE confiesa que antes de detectar el rebrote embargaba una fuerte esperanza de que la roya que afectó el año pasado al parque cafetalero nacional hubiese respondido a cuestiones climáticas propias de ese año. Sin embargo, la aparición de este rebrote deja entrever un panorama desolador para el grano .
“La roya es un hongo que responde a las condiciones climáticas. Cuando hay una combinación perfecta de humedad, luz y la temperatura de noche, porque le gustan las noches un poco calientes, cuando hay esa combinación perfecta se propaga más, quizá hemos tenido las condiciones climáticas perfectas en estos días”, explica Amy Ángel, especialista en economía agrícola de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES).
Por su parte, Borgonovo valora la situación actual del café y la califica como caótica. Asegura que este rebrote podría prolongar los efectos devastadores en el sector un año más, por lo que la cosecha 2014-2015 también sería golpeada y las posteriores.
“El próximo año, las fincas habrían recuperado su hoja y pareciera que las fincas que tienen controlada la roya van a incrementar la cosecha, pero vamos a tener que ver qué tan devastadora es al final. Nos vamos a dar cuenta en un par de meses el efecto que ha tenido en la gente que no pudo combatirla”, vislumbró.
Más de 140 mil empleos perdidos por roya
Según datos del IV Censo Agropecuario y del Consejo Salvadoreño del Café, con la producción esperada para la cosecha 2012-2013, previo a la roya, se hubo una generación aproximadamente de 321 mil 800 empleos temporales. Pero con los primeros daños de la roya el año pasado, la demanda de trabajo se redujo a 268 mil 500 empleos, es decir, 53 mil 700 menos, un porcentaje del 16%.
Para el caso de la presente cosecha 2013-2014, se estima que se recolectarán 1.1 millones de quintales. En este caso, se estima que los empleados temporales necesarios para esta cosecha será de tan solo 181 mil, lo que equivale a 87 mil empleos menos con respecto a la cosecha anterior, que representa un 32.6% aproximadamente.
Si se suman los estragos del empleo de ambas cosechas, la reducción de trabajadores en estos dos años es apabullante. Si se suman ambas reducciones, el total de empleos perdidos a consecuencia de la roya es de 140 mil 800, una disminución del 44% aproximadamente.
Ángel admite que este es un impacto fuerte para las familias que dependen del café y de la recolección como modo de vida. Borgonovo coincide y asegura que el impacto social es terrible. “Es de recordar que la recolección es por café cortado. Si en esta época de recolección hay menos de la mitad en el árbol, esa cantidad o ese nivel ingresos es el que no va a circular como salario”, indicó.
Ángel ve esta situación con preocupación y advierte que lo primero que debe hacerse es ayudar a las familias productoras pequeñas y dar apoyo a los trabajadores con programas de alimentos.
En este sentido, Hugo Flores, titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería, confirmó a Diario1 que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) está implementando un programa de alimento por trabajo para ayudar a las familias que están siendo afectadas por la disminución de trabajos temporales en las zonas mayormente cafetaleras. Ángel informa que esta ayuda llegará directamente a unas 10 mil familias.
Asimismo, la especialista sugiere que la diversificación productiva de las familias es importante para generar otros ingresos y no limitarse al grano de oro. Ángel asegura que no se trata de abandonar el rubro del café, sino que las familias de los trabajadores produzcan se embarquen en otros rubros para poder generar ingresos propios.
“Si seguimos así, vamos a ver un mecanismo forzoso del mercado que sencillamente ya no va a haber demanda de trabajo por un par de años y vamos a ver más migración. Entonces cuáles son las políticas para fomentar empleo local en las zonas de café para la instalación de empleos industriales, agropecuarios en zonas cercanas, todo el fomento del empleo alternativo en las zonas productoras para que no necesariamente se tenga que migrar”, cuestiona la investigadora de FUSADES.
De igual forma, manifiesta que hay zonas, sobre todo el bajío (la parte más baja del parque cafetalero) que augura dejará de producirse en un futuro próximo, por lo que el paso hacia otro tipo de cultivo le parece imperante. Estima que hay mucho interés de algunos productores de migrar hacia el rubro del cacao en la zona del bajío y que incluso se está trabajando ya con cooperación extranjera para esto.
Estrategia a largo plazo
Tanto Borgonovo como Ángel coinciden que el único camino hacia la recuperación de la caficultura salvadoreña es la renovación del parque cafetalero del país, puesto que la variedad que se produce en el país es demasiado frágil frente a la roya, a pesar de ser de las más cotizadas en el mercado del café.
De igual forma, no solo el tipo de plantas que se produce en el país es susceptible al hongo, sino que además su vida productiva ya ha sido sobrepasada. Según un informe de FUSADES, los cafetales en el país tienen una edad promedio de 33 a 36 años, cuando la edad máxima debe ser de 20 años.
“Yo siempre he creído que la institucionalidad del café que son las instituciones, los productores, exportadores y toda la cadena productiva debe tener su visión de largo plazo y la visión que se está constituyendo y se ha llegado al consenso de que tenemos que empezar a renovar el parque”, argumenta Borgonovo.
Frente a esta problemática, Ángel recordó el ejemplo colombiano, donde también la roya hizo estragos en su momento; sin embargo, fue el Estado quien implementó un subsidio para que los productores pudieran cambiar los cafetales, puesto que reconocieron el impacto que tiene el sector, en términos de los empleos que genera y las exportaciones que hace.
Borgonovo, por su parte, estima que el Estado en casos como el de Colombia ayudó mucho con incentivos fiscales y para la renovación del parque con variedades resistentes.
En sintonía con esto, el viceministro de Agricultura estima que son cerca de 1,300 solicitudes entre cooperativas y productores individuales a los que están buscando beneficiar con $0.45 centavos por planta sembrada. Adelantó que en los próximos días comenzarán a repartir este incentivo que andará cerca de los $3.3 millones que inyectarán al sector.
Aunque Ángel califica esto como un buen subsidio, argumenta que no es suficiente para generar un cambio tangible, ya que muchos productores no tienen para financiar el resto del cuido de la planta hasta que comience a producir la uva.
Borgonovo también cree que este incentivo se queda corto, puesto que solo está ayudando a los productores que tienen hasta 40 manzanas, porque lo que estimó que estos representan un porcentaje pequeño de la producción nacional.
Borgonovo reitera que lo que se necesita para buscar la renovación es un plan bien articulado, donde se involucre toda la cadena productiva y todas las entidades involucradas que generen una misma visión y se comience con una renovación paulatina con una política de financiamiento fuerte.
“Esa es la única solución y los que no renovemos tenemos que seguir batallando contra la roya para detenerla. Es eso o perder la finca y eso es lo que está enfrentando el productor ahorita”, concluyó el cafetalero.