Autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales manejan la hipótesis de que las 201 tortugas que aparecieron muertas en las costas del litoral salvadoreño iban en tránsito migratorio a unos 100 o 300 kilómetros dentro del mar cuando fueron afectadas por las algas tóxicas que les provocaron la muerte.
Nestor Herrera, biólogo del MARN, asegura que estas tortugas pudieron haber estado en migración desde las islas Galápagos, Ecuador, hacia Baja California, México, o viceversa. “Debemos recordar que esto sucedió en altamar, más o menos en la ruta de la migración de las tortugas y por eso se ha dado esa cantidad de muertes y esa cantidad de tortuga prieta, que es la que predomina en esta zona”, explicó.
El especialista agregó que esta especie es la única que se ha visto afectada, y admitió que no son comunes en las costas del istmo centroamericano. “Estas especies son más comunes en el Atlántico y las poblaciones del Pacífico viven mayoritariamente en México, en la zona de Michoacán y Baja California, son como las golfinas para nosotros”, comparó.
Tanto las tortugas carey como las golfinas, más comunes en El Salvador, permanecen en la zonas más cercanas a la costa; contrario a las prietas que se encuentran en altamar en tránsitos migratorios. “Son como aves de paso”, ejemplificó. Es por esta razón que las especies locales no se han visto afectadas hasta el momento. Sin embargo, no descarta la posibilidad de que se dé en un futuro si las corrientes acercan las algas a la costa.
Otra de las explicaciones que Herrera hace del fenómeno es que la tortuga prieta es la única que se alimenta de organismos tunicados, quienes a su vez se nutren del fitoplancton que son las algas marinas que acumulan saxitoxina, que por lo general es altamente tóxica.
Según los estudios, al ser humano le bastarían 80 miligramos de esta alga para ser fatal y causarle la muerte. A pesar de que, por sus características particulares, los reptiles son más tolerantes a sustancias nocivas, las tortugas encontradas en la costa en los últimos días han presentado 478 miligramos, lo suficiente para causarles la muerte.
“Cuando las tortugas van en su camino de migración, les da un poquito de hambre, comen eso, les da energía y siguen su camino. Una vez que una tortuga marina tiene las toxinas en el cuerpo y las tiene en altos niveles es poco lo que podemos hacer porque la toxina lo que hace es paralizar el sistema nervioso y la tortuga va a dejar de moverse, va a dejar de poder comer, va a dejar de poder respirar y su corazón se va a parar”, explica el biólogo.
El especialista asegura que otro factor que ha influido son las corrientes marinas, puesto que depende mucho de estas para que la floración de esta alga llegue a determinado lugar. “En 2006, tuvimos un caso similar, pero fue en verano y duró seis meses y las corrientes trajeron las algas a los lugares más cercanos a la costa, por lo que se vieron afectadas las especies locales”, recordó.
En esta ocasión, manifiesta que el fenómeno comenzó a dar indicios en julio, cuando aparecieron 80 tortugas muertas en las costas de Guatemala. Sin embargo, no habían tenido una floración tan extrema como sucedió meses después. “Hasta hace poco hemos tenido acceso a las imágenes de satélite, porque el gobierno de Estados Unidos estaba en paro y hasta ahora hemos podido ver que el fenómeno ocurrió lejos de El Salvador”, indicó.
Pese a esto, la afectación de estas muertes es bastante significativa para la especie. “Si hemos encontrado 200 tortugas y estimamos que la mitad son hembras, y cada hembra pone tres nidos de 120 huevos cada uno, son 360 huevos que nadie pondrá. Si los multiplicamos por 100, serían 3,600 tortugas menos que nacerían en los próximos años”, explica.
Lo más impactante de la problemática es que asegura que el MARN ha estimado que esos 201 cadáveres solo representarían un 20% de los que verdaderamente han sido afectados por el fenómeno.
Añadió que, pese a los esfuerzos, poco a nada pueden hacer como institución para solucionar el problema. “Si se toma en cuenta que El Salvador tiene 81,000 kilómetros cuadrados de territorio marino, es cuatro veces más que territorio terrestre. En ese espacio, es imposible darles otro tipo de alimento a las tortugas o crear una carretera para desviarlas, no es posible”, sentenció.
Sin embargo, admitió que mucho influye el cambio climático en este tipo de fenómenos naturales y los hace más recurrentes. Mientras tanto campañas de concientización para evitar el consumo de los huevos de tortugas así como la liberación masiva de estas, podría resarcir un poco la huella que dejarán estas muertes en el impacto que genera en la extinción de estas especies.