Las pandillas están diversificando las formas cómo extorsionar a los salvadoreños. En Apopa, un municipio al norte de San Salvador, además de exigir la denominada renta, la población está siendo obligada a comprar pan dulce y francés, gas propano y agua envasada, de acuerdo con investigaciones policiales.
El combate al crimen organizado que está llevando a cabo la Fiscalía General de la República (FGR) y la Policía Nacional Civil (PNC) ha hecho que los grupos pandilleriles busquen nuevas formas para extorsionar a la gente.
Fuentes policiales relacionados con la investigación en Apoya explicaron a Diario1 cómo las maras está procediendo en ese lugar. Estos grupos continúan extorsionando. Parte de este dinero lo están invirtiendo en la creación de negocios como venta de pan francés y agua envasada.
Compran los ingredientes para elaborar el pan –especialmente la harina− y ellos mismos reparten el pan. Algunos vendedores de las panaderías han sido amenazados y ya no llegan a esos lugares, por lo que el mercado les ha quedado casi libre. Los residentes de la zona saben de estos movimientos y por temor compran el producto, mientras que algunos son directamente coaccionados.
En el caso del agua, dijeron, las investigaciones aún no han determinando cómo la envasan y etiquetan. Las botellas (similares a las que se encuentran en el mercado) tienen viñeta “Grisal”.
Los investigadores policiales indicaron que el gas propano es robado a los negocios que lo distribuyen y luego lo venden. Aquí también lo hacen mediante la coacción.
También venden el pan y el agua en tiendas que son propiedad de gente que los apoya o que son miembros de estas estructuras, enfatizaron.
Entre las razones por las cuales la gente no denuncia estos casos, además del temor ante las amenazas, están los bajos precios de los productos.
“Definitivamente también estamos ante un caso de lavado de dinero, ya que lo que les ingresa de las extorsionen lo están usando para establecer negocios”, agregaron.
Las pandillas que están realizando estas operaciones en Apopa son la MS, 18 y Máquina.
“Investigamos esta mutación de las pandillas”, indicaron.
Por otra parte, en esta misma zona se investiga una denuncia presentada por algunos empresarios de autobuses. Las maras están decomisando los permisos de línea a todos aquellos que se niegan o no pagan puntualmente la extorsión.
Los empresarios del transporte público estarían pagando a las pandillas $10 diarios por unidad.