Salvador Menéndez, alcalde de San Luis Talpa, informó la madrugada de este lunes que una persona más murió en su municipio por el mal que está cobrando decenas de vidas en su municipio: la enfermedad renal crónica (ERC).
Era doña Rosa Bolaños, de 30 años de edad, quien desde hacía pocos días se le había detectado la enfermedad que, en esta región del país, parece un condena segura a muerte. Y así fue. Tan solo dos diálisis soportó su cuerpo y murió vencida por sus pequeños riñones que dejaron de funcionar.
Rosa es la persona número 64 en morir por la misma causa en San Luis Talpa, un municipio costero del departamento de La Paz, de 113 kilómetros cuadrados, y predominantemente su economía se basa en la producción agrícola. Paradójicamente, se dice, esta ha sido la condena de este lugar.
Desde hace un tiempo, el uso de agroquímicos en la zona para los cultivos ha sido el pan de cada día. Los enfermos y las muertes por insuficiencia renal también se presentaban por docena. Sin embargo, hasta que los fallecimientos comenzaron a ser cada vez más prevalentes, las alarmas sonaron por todos lados.
Las autoridades de Salud del país han reiterado en muchas ocasiones que este extraño caso tiene su derivación en los agrotóxicos que se usan para los riegos de cultivos. Es por eso, que la prohibición de 53 agroquímicos en el país se llevó a la Asamblea Legislativa. No obstante, el presidente Mauricio Funes, mandó con observaciones la petición al pleno. Aún sigue pendiente la prohibición.
Parece que mientras este estira y encoge sigue con las autoridades pertinentes, más Rosas aparecen en San Luis Talpa, y más familias Bolaños pidiendo ayuda al alcalde para que les dé un féretro, les preste unas sillas y les regale café para el velorio. Porque ni para eso tienen estas familias que viven en extrema pobreza.
Prevención y detección temprana
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, en la región sur se determinó que la insuficiencia renal alcanza el 18% de la población general. Para muestra, un botón: solo en el Bajo Lempa, por ejemplo (que incluye a Jiquilisco y a Tecoluca), la tasa de mortalidad es de más de 61.9 por cada 100,000 habitantes. Lo mismo sucede en otros municipios costeros, como Acajutla, La Libertad, San Pedro Masahuat o San Luis Talpa, además de Intipucá, Conchagua y El Carmen.
Menéndez, desde la municipalidad, intenta hacer algo para no ver morir a más habitantes de su municipio. “Como clínica municipal estamos haciendo bastante porque estamos tratando de detectar a las personas que tengan esa enfermedad a más temprano para poderle frenar la patología. Ya pasamos de los 200 nuevos casos a la fecha, ni ellos mismos sabían que tenían esta enfermedad”, comenta.
Asegura, que al menos a 185 de estas detecciones se les está dando atención en la clínica, puesto que los demás sí requieren atención hospitalaria. “Estamos apostándole a que sea en una etapa donde la persona pueda convivir con esta enfermedad, que se pueda manejar con una buena dieta, sus medicamentos, todo lo que podamos ayudarle nosotros como clínica municipal se lo damos totalmente gratis”, asegura.
Por otro lado, con los casos que sí necesitan diálisis se les está facilitando el transporte para que se realicen el tratamiento en los hospitales de la red nacional de salud.
Misael Hernández, sindico municipal, también indicó que uno de los enfoques principales que está llevando a cabo la alcaldía son las medidas de prevención para los que trabajan con agroquímicos o viven en la zonas expuestas.
Algunas de ellas son: no tomar agua de pozo si por su lugar de habitación pasa una avioneta regando agroquímicos; cuando van a trabajar usando este tipo de materiales usar mascarilla, zapatos o botas de hule, camisas, etcétera; así como no lavar las bombas en el patio de su casa porque se contaminan los pozos de agua cercanos.
Hernández asegura que la mayoría de la población está acatando las recomendaciones. Manifiesta que en la zona hay unas tres o cuatro cooperativas que trabajan en la zona, pero la única con la que han encontrado anuencia es con la cooperativa de Santa Clara, quienes no están acatando las recomendaciones.
“Solo tenemos problema específicamente con una que está dando mala información a la gente, que les dicen que les vamos a comenzar a cobrar por los cañales. Hay como una campaña de desprestigio al alcalde por decir una realidad que la están viendo ellos mismos. La única diferencia es que el presidente de la cooperativa tiene una vida mucho mejor que los pobrecitos que andan haciendo los cultivos”, indicó
Hernández agregó que incluso algunos socios de la cooperativa Santa Clara han resultado enfermos de enfermedad renal crónica.
¿Agroquímicos?
Recientemente se ha manejado la posibilidad de que las muertes por ERC en San Luis Talpa no están relacionadas con la utilización de agroquímicos, gracias al estudio de ocho biopsias que realizó el Hospital Nacional Rosales, en Suecia. Sin embargo, los especialistas no pudieron concluir que el factor de incidencia de las muestras fuesen los agroquímicos.
El edil de San Luis Talpa asegura que esta falta de precesión se debe a que Suecia es uno de los productores más grandes de agroquímicos del mundo. Hernández, por su parte, manifestó: “es innegable que los químicos, los agrotóxicos están matando a su gente”.
El principal miedo del alcalde Menéndez es que estos estudios puedan arrojar una visión errónea de la situación en San Luis Talpa. “Cuando los diputados de la Asamblea vean eso ya tienen la respuesta que querían para que los agrotóxicos sigan funcionando. Si no es eso, entonces qué me está matando mi gente en San Luis Talpa. Tengo el deber y el derecho de que las autoridades me digan qué es”, reitera el alcalde.
Por su parte, Hernández, recuerda que no depende de la alcaldía que se prohíban o no los agroquímicos. “Eso depende de la Asamblea Legislativa, si al final no se prohíben ellos deberían hacer algo igual por su gente, deben protegerse y el Ministerio de Trabajo debe velar por la seguridad laboral de los agricultores”, indicó.
Asimismo, el síndico recordó el caso de una familia completa que trabaja sus cultivos sin agroquímicos. “Tienen mejores cosechas, ganan mucho más y vive la gente superbien. Hoy han puesto venta de esos mismos productos que amigables con la naturaleza. Cuando los agricultores se den cuenta de que realmente van a ganar más si dejan de usar los agrotóxicos, ahí si van a caer las empresas que lo comercializan”, argumentó.