El robo de tambos de gas se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para la policía, los distribuidores y comerciantes de ese bien.
El problema no es sólo que cada vez atracan más camiones cargados de tambos de gas sino que también privan de libertad a los transportistas y vendedores.
La mañana del sábado ocurrió el último robo de 105 tambos de gas propano en el sector de Mejicanos.
Los tambos eran transportados en un camión cuando el motorista y su ayudante fueron detenidos por varios sujetos jóvenes que aplicaron una sofisticada operación delictiva.
Los cilindros se los llevaron a una bodega donde hicieron un vaciado “express”. Mientras eso ocurría, otros delincuentes privaron de libertad al motorista y su ayudante. Mantuvieron a las víctimas por casi media hora.
A esas dos personas las movieron por varios puntos de la capital, mientras los apuntaban con armas de fuego en la cabeza. Se les dijo que si pretendían escapar, les dispararían.
Lo peor es que esas personas es la segunda ocasión que sufren lo mismo, en el último mes.
Durante el viaje que realizan con las víctimas mientras les roban los tambos de gas, les sacan fotocopia a los documentos de identidad para que no intenten delatarlos.
Finalmente los dejaron en libertad en Soyapango.
Autoridades dijeron que algunas cargas de gas están aseguradas pero el problema es que todo eso afecta las economías de los motoristas y su ayudante.
El vehículo en el que se transportaban los 105 cilindros de gas lo abandonaron en el cantón Petacones de Nejapa. Ahí llegaron los investigadores a buscar huellas y otras pruebas incriminatorias.
La policía dijo a diario1.com que el número de asaltos a camiones que transportan gas “se han disparado”, en los últimos meses.
Algunos sospechan de exempleados de distribuidoras de gas. Otros creen que los asaltantes son parte de estructuras de pandillas.
Los asaltos serían variaciones de actividades económicas en las que quieren meterse los pandilleros.
Otro enigma es el lugar donde llegan los cilindros de gas robados. Hay quienes creen, en la policía, que algunos cilindros los sacan del país.