Veterinarios salvadoreños practicaron una complicada operación para extraer un anzuelo del esófago de una «tortuga prieta», una especie amenazada de la que se reportó esta semana una mortandad en nuestro país.
La operación de la prieta (Chelonia agassizii) – de unas 50 libras – se demoró un poco más de una hora y se realizó en el quirófano de una clínica veterinaria de Ciudad Merliot, La Libertad.
Tras adormecer al quelonio el veterinario Abel Ciudad Real tomó el bisturí y prácticó una incisión en el esófago, luego de forma paciente manipuló el anzuelo que junto a una pequeña cuerda fue extraído por el hocico del animal.
«Con la radiografía que teníamos, sabíamos que no iba a ser fácil, por eso para evitar nuevas lesiones, nos tomó más tiempo de lo previsto», declaró a la AFP Abel Ciudad Real, quien estuvo al mando de un equipo de cuatro médicos.
Mientras el facultativo suturaba la herida, su esposa, Marta Rivas, también veterinaria, procedía a aplicarle el oxígeno mediante tubos.
«Para nosotros ver esto en las tortugas es doloroso», exclamó Ciudad Real al mostrar el anzuelo extraído.
«Ella salió bien, esperamos que se recupere y tan pronto eso ocurra ella irá para el mar», comentó Rivas.
La dieta luego de la operación, será «macerado» de camarones con pescado que le será introducido al estómago mediante un tubo esofágico.
El quelonio fue avistado por pescadores mientras depositaba sus huevos en la playa Costa del Sol, océano Pacífico, 70 km al sureste de San Salvador, y al percatarse de la dificultad que tenía para respirar la trasladaron el jueves a San Salvador.
Para el director de Ecosistemas del ministerio de Medio Ambiente, Nestor Herrera, la tortuga fue víctima de la «pesca incidental» (involuntaria) debido a que el arpón extraído es para atrapar especies de valor comercial como el tiburón.
Mientras los veterinarios celebraban el éxito de su operación, en otro punto de la clínica y en un pequeño estanque otra tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) se recuperaba de una fractura en el cráneo.
Esta semana en Centroamérica se encendieron las alertas por los centenares de tortugas muertas que se acumulan y el retraso o reducción del desove.
En El Salvador, desde el 28 de septiembre hasta el pasado jueves, hubo un repunte de 154 tortugas muertas, en su mayoría de las especies prieta y golfina.
La «hipótesis más fuerte» sobre las muertes en El Salvador es que las tortugas se intoxicaron con «saxitoxina», que es una sustancia que afecta el sistema nervioso de los animales y que pudo ser producida por una marea roja en alta mar.
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