Por causas que se desconocen, algunos de los principales partidos políticos aún no aprueban las reformas a la Ley de Lavado de Dinero, a pesar de que la demora podría significar graves efectos para el país.
Una serie de reformas a la Ley de Lavado deben estar aprobadas, y vigentes el 12 de octubre próximo, para que El Salvador no sufra represalias financieras ni lo coloquen en la lista negra de países que no impiden el lavado de dinero.
Entre las reformas que deben aprobarse se incluyen algunas que atan a los partidos políticos y casinos, entre otros, a la supervisión financiera de la Fiscalía General de la República (FGR).
El problema, sin embargo, es que, en los últimos días, los miembros de la Comisión de Seguridad Pública y Combate a la Narcoactividad no han sesionado por falta de quorum, según informó el presidente de ese grupo, José Antonio Almendariz.
Ante el desafío de los plazos, únicamente se tendría una sesión de la comisión para que las reformas de ley pasen al plenario legislativo.
De no aprobarse las reformas, varias de ellas propuestas por el organismo antilavado de las Naciones Unidas (GAFIC), al país lo meterían en una lista negra de paraísos fiscales.
Ese organismo se reunirá en nov iembre para revisar la situación de El Salvador, entre otros temas.
La no aprobación de las reformas a las leyes de lavado podría significar, incluso, hasta problemas financieros para El Salvador, a la hora de contraer créditos.
Uno de los más claros de ese problema es el Fiscal General de la República, Luis Martínez, quien lo advirtió a la Asamblea Legislativa y al gobierno de Mauricio Funes.
Funes ha dicho que apoyará todas las gestiones que contribuyan a acelerar la puesta en vigencia de las reformas a la Ley de Lavado vigente.
Aprobadas las reformas, los bancos no sólo tendrán que informar las transacciones financieras de partidos políoticos y casinos sino también movimientos de bolsas agropecuarias, asociaciones deportivas y otras organizaciones.
El diputado Almendariz dijo que él espera que las agrupaciones políticas comprendan la necesidad de aprobar, con urgencia, esos cambios.