Nueva York amaneció este martes con zonas de la ciudad arrasadas por los saqueos de la noche anterior, que dejó más de 700 arrestos durante el primer toque de queda decretado en la ciudad de los rascacielos en casi 80 años, que hoy se adelantará tres horas para tratar de contener los disturbios.
Tras una larga jornada de protestas pacíficas este lunes, la situación cambió al caer la noche, con incendios por las calles, destrozos y robos en tiendas y choques entre los agentes y grupos de jóvenes.
Según las autoridades, durante la noche se efectuaron más de 700 arrestos, con diferencia el mayor número desde el inicio de las protestas desencadenadas por la muerte en Minnesota de George Floyd, un hombre negro, a manos de la Policía.
Las zonas más conflictivas fueron áreas comerciales de Manhattan, donde abundaron los saqueos de negocios, y partes del distrito de El Bronx.
Destrozos
Esta mañana, nada más declararse el fin de toque de queda, las sirenas de algunas tiendas aún sonaban medio apagadas en Fordham Road, en El Bronx, donde varios escaparates de la cadena Old Navy permanecían abiertos a quien quisiera darse una vuelta por la tienda, repleta de maniquíes desnudos.
A las 5:30 de la mañana, los que iban a trabajar, la mayoría hispanos, se cruzaban con furgones policiales de transporte de detenidos, vehículos patrulla y policías a pie, algunos todavía con el uniforme antidisturbios.
Jóvenes negros comentaban jocosos el paisaje, sobre el que flotaba el olor de extintores.
Cuatro gigantescos televisores de plasma de 54 pulgadas descansaban en la puerta trasera de un Best Buy después de que los saqueadores hubieran intentando sacarlos entre las persianas de aluminio sin éxito.
Zapatos, cajas y cristales rotos se desperdigaban por esta calle comercial en El Bronx sin que nadie se encargara de recogerlos y mientras algún vecino madrugador hacía fotos para luego espetar: “¡Qué locura!”.
Horas antes se habían registrado escenas de saqueos, fogatas en medio de la calle y policías que a golpes acabaron abandonando momentáneamente el territorio a los vándalos, que no atacaron las tiendas pequeñas del barrio, sino las de las grandes cadenas.
Saqueos en Manhattan
En Manhattan, la escena era similar, aunque en algunos casos pareciera que los agitadores tenían más interés en pelearse con almohadas de pluma arrebatadas de un club de élite que de robar los mocasines de piel de la tienda de enfrente, cuyos desperfectos evaluaba un perito.
“Esto es un sinsentido. Han destrozado el escaparate y el interior, pero no se han llevado casi nada”, explicaba atónito a Efe uno de los empleados enviado por la aseguradora.
La tienda en la Quinta Avenida de North Face, dos plantas acristaladas, exhibía heridas del tamaño de personas en sus escaparates y un interior con solo muebles desplomados. Llueve sobre mojado puesto que es su segundo asalto consecutivo.
En la tienda de Coach barrían cristales, mientras dos peritos discutían si el daño correspondía a los disturbios del lunes o a los del domingo.
Las joyerías y las tiendas de zapatos y celulares parecen haber sido el motín principal de los que escudados en las protestas pacíficas por la muerte a manos de la Policía de George Floyd hace una semana asaltaron el centro comercial de Manhattan.
Riesgo de COVID-19
Las autoridades de Nueva York advirtieron este martes del riesgo de que las protestas contra el racismo y la violencia policial desencadenen un rebrote del coronavirus en la ciudad y urgieron a los manifestantes a tomar precauciones.
“Expresen su indignación, pero sean responsables, porque lo último que queremos es ver un aumento del número de casos de COVID”, dijo el gobiernador neoyorquino, Andrew Cuomo, quien volvió a dar su apoyo a las manifestaciones pacíficas y a desvincularlas de los disturbios y saqueos vistos durante las noches, con los que fue muy crítico.
Según dijo, el mensaje de las protestas iniciadas tras la muerte de George Floyd a manos de la Policía en Mineápolis (Minesota) es “muy importante” y la rabia está “justificada”.
“Pero recuerden que estamos todavía en medio de la pandemia del COVID-19”, insistió Cuomo, que pidió cooperación para poder seguir dando “buenas noticias” en cuanto a la evolución de la enfermedad en Nueva York.
Según dijo, las hospitalizaciones continúan bajando, el número de nuevos casos también -con 154 positivos en el último día- y el lunes se registraron 58 muertos, una de las cifras más bajas desde que comenzó la pandemia, aunque un repunte ligero frente a los 54 y 56 de las jornadas precedentes.
Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, hasta ahora han fallecido en el estado 29,917 personas por el coronavirus.