Cuatro manifestantes murieron tras ser heridos de bala entre el lunes y el martes en protestas contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, con lo que suman 42 los fallecidos en seis semanas de manifestaciones, pese a lo cual la oposición prepara nuevas marchas.
Un joven de 17 años falleció en la madrugada de este martes en un hospital tras recibir el lunes un disparo en la cabeza cuando un grupo armado atacó una protesta en el municipio de Pedraza (estado occidental de Barinas), según la Fiscalía.
Otro manifestante, de 31 años, murió este martes también herido de bala, en el tórax, durante disturbios en San Antonio de Los Altos, en la periferia oeste de Caracas.
El lunes, según el Ministerio Público, otro hombre de 33 murió por impacto de bala «durante una manifestación» en Capacho, por lo cual fue «detenido» un «policía regional», mientras un joven de 18 años perdió la vida en Palmira, ambas localidades ubicadas en Táchira (frontera oeste con Colombia).
En la víspera ocurrieron violentos incidentes en varios estados del país, que dejaron casi medio centenar de detenidos según la ONG Foro Penal, en el marco de un plantón nacional convocado por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Con 42 muertos desde que iniciaron las protestas el 1 de abril, esta oleada de manifestaciones se perfila como la más trágica de los años recientes en Venezuela y está a punto de igualar el resultado fatal de 43 fallecidos de las anteriores movilizaciones contra Maduro, ocurridas entre febrero y mayo de 2014.
«Sigue la resistencia»
Pero sin dar tregua, la MUD arreció su agenda de protesta para los próximos días y convocó para el miércoles marchas nocturnas, un desafío a la inseguridad en un país que exhibe una de las tasas de homicidios más altas del mundo, de 70,1 por cada 100.000 habitantes, ocho veces mayor al promedio mundial.
«No podemos llevar a la gente a un matadero, a una masacre, pero tampoco podemos dejar de protestar, debemos conquistar la noche con estrategia, sin arriesgarnos», expresó Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, de mayoría opositora.
El mandatario socialista acusa a sus adversarios de querer «incendiar» el país para derrocarlo y propiciar una intervención de Estados Unidos, al que acusa de financiar las manifestaciones.
«Es una embestida de la derecha fascista», aseguró este martes el ministro de Interior, Néstor Reverol, al calificar los disturbios del lunes como «actos terroristas organizados por la oposición».
Las manifestaciones dejan también cientos de heridos y detenidos, de los cuales 159, según Foro Penal, fueron enviados a prisión por tribunales militares.
Para el jueves, la oposición convocó a una marcha hacia la sede del Ministerio de Interior, y el sábado está prevista una manifestación en todo el país denominada «Somos Millones». «Sigue la resistencia», agregó Guevara.
«Queremos medicinas»
Las protestas tienen como combustible un grave deterioro económico y social que golpea desde hace años al país petrolero, con severa escasez de alimentos y medicinas, una inflación que es la más alta del mundo y una criminalidad desbordada.
Médicos y otros trabajadores protestaron este martes a las afuera de cinco centros hospitalarios de Caracas. «Queremos medicinas», gritaron los manifestantes del hospital pediátrico José Manuel de los Ríos, quienes llevaron pancartas en que se leía: «SOS. No tenemos antibióticos», «Sin equipos de Rayos X».
Para el miércoles, el gremio de médicos convocó a marchas hacia el Ministerio de Salud, cuya titular Antonieta Caporale fue destituida el pasado jueves tras divulgar un boletín que reveló que la mortalidad infantil aumentó 30,12% en 2016 y la materna un 65%, mientras repuntan enfermedades antes erradicadas, como la malaria.
Según la Federación Médica Venezolana, los hospitales están funcionando con apenas 3% de los medicamentos e insumos requeridos, mientras la Federación Farmacéutica sostiene que la escasez de medicinas llega a 85%.
La oposición exige la salida del poder de Maduro mediante elecciones generales, y rechaza la convocatoria a una Asamblea Constituyente «popular», por considerarla un «fraude» con el que busca perpetuarse en el poder.
Pero Maduro, cuya gestión rechazan siete de cada diez venezolanos según encuestas, asegura que la Constituyente traerá la paz, y prometió que en 2018 habrá elecciones presidenciales, pero no generales como exige la oposición.
En diciembre último debieron hacerse las de gobernadores, pero fueron pospuestas y aún no tienen fecha, y este año corresponden las de alcaldes.