El departamento de Escuintla al sureste de Guatemala es el reflejo de la tragedia dejada por la violenta erupción del Volcán de Fuego, ocurrida el pasado domingo.
Ahí encontramos a Inés y a Domingo López, dos sobrevivientes de la avalancha que cubrió con ceniza a muchas comunidades de Escuintla. Ellos vivieron para contarlo pero su familia no, ya que yacen bajo enormes promontorios de lava y ceniza.
“¿Y ahora qué hago para llorar? Toda mi familia quedó enterrada”, dijo Inés López con un tono de resignación e impotencia; mientras que Domingo relata desde su casa como la erupción le produjo quemaduras en uno de sus pies y cómo al principio no creía que la actividad del volcán fuera a ocasionar un desastre, pero no le quedó más que huir al ver la furia del coloso.