El martes pasado una explosión en el puerto de Beirut, en Líbano, causada por combustión de toneladas de nitrato de amonio, mató a unas 113 personas e hirió a unas 4 mil más, de acuerdo con las cifras oficiales.
La explosión, como suele suceder en estos tiempos, fue grabada en vivo por docenas y docenas de libaneses que escucharon las detonaciones, sacaron sus teléfonos y alcanzaron a grabar la onda expansiva que se extendió varios kilómetros a la redonda.
La ola expansiva de la explosión hizo añicos las ventanas, derribó puertas, sacudió los edificios hasta sus cimientos y se sintió a más de 200 kilómetros de distancia, hasta Chipre, como reconocieron algunos testigos en las redes sociales.
Los videos fueron publicados en redes sociales en los que puede verse también a los usuarios arriesgar también su vida para difundir al mundo los pormenores de la tragedia.
Con el transcurrir de los días más videos del momento se están viralizando en redes sociales.