El intento de vender una casa con un cadáver adentro, ocurrido hace cinco años en la periferia norte de Buenos Aires, volvió a ser noticia este martes en las redes sociales, en un episodio en el que el vendedor sólo tuvo que afrontar una multa.
El hecho se remonta a 2008, cuando un hombre propuso vender una casa en una zona residencial de la localidad de Vicente López, en unos 50.000 dólares, un tercio de su valor, pero para adquirirla el comprador debía deshacerse del propietario, que yacía muerto en su cama bajo una frazada a cuadros.
Alertada por un potencial comprador que sospechó del hecho, la policía requisó la casa y descubrió entonces el cuerpo de Miguel Santamaría, un octogenario sin familiares que reclamasen por él.
Sorpresivamente, esta noticia de 2008 volvió a estar sobre el tapete estos días en Argentina a través de numerosos comentarios en las redes sociales.
En Twitter, el hashtag:»#vivirconunmuerto» explotó con comentarios primero escandalizados, pero que viraron rápidamente hacia el humor negro o burlas relacionados con las pasiones futbolísticas.
«¿Se asombran de eso? En River conviven con once muertos», escribió Tin#02 en Twitter, en relación al popular club de fútbol.
@Florburn, por su parte, consignó: «Me compré una casa y vino con un souvenir divino y original, un MUERTO».
La autopsia concluyó que el hombre había fallecido de muerte natural cinco años antes, recordó quien investigó el hecho, el fiscal Alejandro Guevara, en diálogo con la AFP.
«El hombre se había muerto por causas naturales, recuerdo que estaba en estado de momificación, porque el anciano se había deshidratado. Por la condiciones climáticas, el cuerpo se preservó», relató, soprendido por el nuevo impacto de una causa que se cerró unos cuatro años atrás.
«Esta es la cocina, el baño, la escalera, dormitorio, el muerto. Todos amplios y luminosos», ironizó Martín Ostrovsky en la red social.
El fiscal dijo no haber visto en su carrera otro hecho «tan macabro y truculento» y consideró que «lo anécdotico del asunto fue que el hombre (el vendedor) siguiera cuidando la casa con el cadáver adentro, durante cinco años».
La causa penal se cerró al comprobarse que no hubo delito, el vendedor sólo tuvo una multa por no denunciar el fallecimiento al registro civil.