El Vaticano envió a los obispos de todo mundo un cuestionario con 38 preguntas para preparar el Sínodo Extraordinario sobre la Familia que el papa Francisco convocó para octubre de 2014, en el que se aborda problemas como el matrimonio homosexual y las parejas de hecho.
Las preguntas forman parte del documento preparatorio para el Sínodo de Obispos y respeta la tradicional metodología que se emplea para tales asambleas, entre las más abiertas y democráticas de la Iglesia católica.
La secretaría del Sínodo de Obispos, encabezada por Lorenzo Baldisseri, envió el cuestionario a las conferencias episcopales de todo el mundo a mediados de octubre y en base a las respuestas va a preparar un documento que sirve de introducción al debate de los obispos, que hablan idiomas distintos y tienen problemáticas diferentes.
Sin embargo, el cuestionario contiene en esta ocasión preguntas inéditas ya que propone a los obispos que respondan a temas hasta ahora tabú, como la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo, la difusión de las parejas de hecho o la actitud de la Iglesia ante los matrimonios mixtos o interreligiosos, la familia monoparental y hasta el fenómeno del «alquiler de vientres».
Bajo el lema «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización», la Iglesia liderada por el jesuita argentino Francisco quiere encarar problemáticas muy actuales.
Algunas conferencias episcopales, entre ellas de la de Estados Unidos, divulgaron el cuestionario en internet, de 7 páginas, con cuyas respuesta se elabora el llamado «Instrumentum laboris».
Para poder abordar los desafíos a los que la familia moderna se enfrenta, los obispos deberán elaborar respuestas específicas y precisas.
Entre las preguntas que se les formula figura una sobre «la convivencia ‘ad experimentum’ (experimental), ¿es una realidad pastoral de relieve en la Iglesia particular (local)? ¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente?», interroga el cuestionario.
Otra información que se les pide es sobre las uniones libres de hecho, sin reconocimiento ni religioso ni civil. «¿Hay datos estadísticos fiables?».
También se interroga sobre los separados y divorciados que se vuelven a casar: «¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente? ¿Cómo se afronta esta realidad? ¿A través de programas pastorales adecuados?», sostiene el documento.
Una serie de preguntas han sido dedicadas exclusivamente al matrimonio homosexual y a la visión que los fieles católicos tienen de ello.
«¿Cuál es la actitud de las Iglesias locales hacia el Estado como promotor de uniones civiles entre personas del mismo sexo y ante las personas que las protagonizan? , ¿Qué atención pastoral se puede dar a quienes han elegido vivir bajo este tipo de uniones?», pide el cuestionario.
En caso de adopciones por parte de parejas del mismo sexo: ¿qué se puede hacer pastoralmente para transmitir la fe?», prosigue el documento, que dedica también un espacio amplio a la educación católica de los niños en los llamados «matrimonios irregulares».
Las preguntas respetan la actitud de apertura de Francisco, quien sorprendió a muchos católicos después de que en julio pasado manifestara por primera vez la tolerancia de la jerarquía eclesiástica hacia los homosexuales.
«Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?», declaró en el vuelo de regreso a Italia tras su visita a Brasil.