Desde el derrocamiento del dictador Muamar Gadafi en octubre de 2011, el este de Libia ha sido blanco de una ola de atentados y tiroteos, en su mayoría dirigidos contra miembros de las fuerzas de seguridad.
El fiscal Mohamed al Naass murió el sábado en el pueblo de Derna cuando un aparato explosivo colocado en su vehículo estalló, indicó una fuente judicial a la AFP.
Naass era responsable de la región de «Al Jabal AlAkhdar, al este de Bengasi», según esta fuente.
Asimismo, dos policías de tránsito fueron asesinados el sábado por la noche, según un portavoz del hospital al Jala de Bengasi, Fadya al Barghathi.
Según una fuente de seguridad, los dos hombres murieron baleados en manos de desconocidos.
Cerca de Bengasi, la segunda ciudad de Libia, hombres armados que pasaban por un puesto de control del ejército mataron a dos miembros de las fuerzas especiales el viernes, indicó al Barghathi, citando a testigos.
Esta portavoz indicó también que el cuerpo de un teniente coronel de la policía municipal, Cherif al Ajili, que murió por un disparo en la cabeza, fue llevado al hospital el viernes por la noche.
Este recrudecimiento de la violencia coincide con un amplio operativo de despliegue del ejército y la policía en esta ciudad, previo a la implantación de un plan de seguridad.