Las autoridades sanitarias de Uganda informaron hoy de que se han confirmado siete casos de ébola, incluida una muerte, en el brote de la enfermedad declarado el pasado martes en una zona del centro del país.
«Hasta hoy, tenemos siete casos confirmados, entre los que tenemos confirmada una muerte», afirmó el doctor Kyobe Henry Bbosa, comandante de incidentes de ébola del Ministerio de Sanidad de Uganda, en una rueda de prensa telemática organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Pero también tenemos siete casos probables» pendientes de confirmación, precisó Bbosa, quien advirtió de que el número de contagios podría aumentar en los próximos días.
«Hemos enumerado hasta 11 contactos y hemos podido rastrear hasta 43», agregó el doctor ugandés.
Uganda declaró este martes un brote de ébola tras confirmar un caso en el distrito de Mubende (centro), donde un hombre de 24 años murió por la enfermedad que causa ese virus.
Las autoridades ugandesas confirmaron el caso, correspondiente a la poco habitual cepa de Sudán, después de analizar una muestra tomada al hombre y tras una investigación de seis muertes sospechosas que ocurrieron en el distrito este mes.
Bbosa precisó hoy que la mayoría de los contagios confirmados proceden de Mubende, si bien uno se localizó en el vecino distrito de Kyegegwa.
Se han registrado siete brotes anteriores de la cepa de ébola de Sudán, cuatro en Uganda y tres en Sudán, según la OMS.
Uganda notificó por última vez un brote de ébola de la cepa de Sudán en 2012, si bien no existe una vacuna aprobada contra esa cepa, a diferencia de la cepa de Zaire, registrada en epidemias de la enfermedad en la vecina República Democrática del Congo (RDC).
En 2019, Uganda experimentó un brote de la cepa de Zaire en el que el virus fue importado de la RDC, que luchaba entonces contra una gran epidemia en su región nororiental.
El doctor Patrick Otim, funcionario de emergencias sanitarias de la Unidad de Gestión de Eventos Grave en la oficina regional de la OMS para África, señaló en la misma rueda de prensa que hay diferencias entre ambas cepas, pues la de Sudán es «menos transmisible» que la de Zaire.
Asimismo, explicó Otim, la de Sudán presenta una menor mortalidad (entre el 40 % y el 100 %) que la de Zaire (70 % – 100 %).
«Es muy importante que identifiquemos la cadena de transmisión», subrayó el funcionario de la OMS, quien incidió en que los países de la región deben reforzar su capacidad de detección del virus.
De hecho, países como Kenia, Tanzania, Ruanda y Somalia se encuentran en alerta para evitar una posible propagación del virus.
«Un brote en un sitio es una amenaza en todos sitios», remarcó Otim, al pedir «solidaridad global» ante la nueva epidemia declarada en Uganda.
Sobre la falta de vacuna contra la cepa de Sudán, la doctora Ana María Henao-Restrepo, codirectora del plan de investigación y desarrollo para epidemias de Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, indicó que existen «varias vacunas candidatas», de las que tres se han probado en «algunos humanos».
En otra rueda de prensa virtual, Ahmed Ogwell, director interino de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC), organismo dependiente de la Unión Africana, señaló que el «estado de preparación» de Uganda ante el brote es «bueno» y su respuesta ha resultado «muy rápida».
Sobre la contención del virus, Ogwell manifestó que no existe diferencia ente las dos citadas cepas, pero «para la prevención es un desafío porque no hay vacuna» contra la cepa de Sudán.
«Proteger a la comunidad y a los trabajadores sanitarios se vuelve más desafiante», añadió el responsable de CDC África.
Descubierto en 1976 en la RDC – entonces llamada Zaire -, el ébola es una enfermedad grave, a menudo mortal, que afecta a humanos y otros primates y se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Esta fiebre causa hemorragias graves y sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa, y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
Tiene seis cepas diferentes, tres de las cuales (Bundibugyo, Sudán y Zaire) han causado previamente grandes epidemias, como la que asoló África occidental de 2014 a 2016, cuando murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos.