Ucrania pidió el viernes al presidente ruso Vladimir Putin que «cese inmediatamente su agresión» contra Crimea, poco después de la reaparición en Rusia del destituido presidente ucraniano Viktor Yanukovich, quien declaró querer «luchar por el futuro» del país.
«Me dirijo personalmente al presidente Putin, para pedirle que cese inmediatamente su agresión no disimulada» contra la República autónoma de Crimea, y «retire sus militares» de esa región, declaró el presidente interino Olexandre Turchinov.
Asimismo, denunció una provocación de Moscú. «Provocan el conflicto y luego anexan el territorio», dijo.
Según el representantes del presidente ucraniano en Crimea, Serguiï Kunitsyne, «el espacio aéreo (en Crimea) está cerrado debido a un gran número de aterrizaje de aviones y helicópteros rusos». Estimó que cerca de 2.000 militares rusos fueron aerotransportados a un aeropuerto militar cerca de Simferopol, capital de la república autónoma de Crimea.
Sin embargo, Rusia aseguró el jueves que «la flota rusa del Mar Negro aplica estrictamente los acuerdos» concluidos con Ucrania y que el «desplazamiento de algunos blindados de la flota del Mar Negro se había realizado conformemente a los acuerdos y no necesitan ninguna aprobación» de Kiev.
Pueblo de mayoría rusófono, Crimea perteneció a Rusia, dentro de la Unión Soviética, antes de ser anexada a Ucrania en 1954. Allí ancla todavía la flota rusa del Mar Negro, en Sebastopol.
En Simferopol, la capital de Crimea, comandos prorrusos se apoderaron del aeropuerto. A últimas horas de la tarde, se podía ver a hombres armados desplegados en varios sitios estratégicos de Simferopol, constató la AFP. Testigos señalaron el viernes por la noche movimientos de vehículos blindados no identificados entre Sebastopol y Simferopol.
En el centro de Simferopol, el Parlamento local sigue en manos de decenas de hombres armados prorrusos, que izaron el jueves la bandera rusa en el techo del edificio. Los diputados destituyeron al gobierno local y votaron la celebración de un referéndum para tener más autonomía el próximo 25 de mayo, la misma fecha de las presidenciales anticipadas anunciadas por Kiev.
El ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, llamó el viernes a las fuerzas rusas a retirar «inmediatamente» los elementos que controla hacia sus bases normales. «Simferopol está claramente fuera de esa zona», escribió en su cuenta Twitter.
«Evitar la escalada del conflicto»
El presidente ruso Vladimir Putin rompió el viernes su silencio sobre los últimos eventos en Ucrania y advirtió contra una escalada del conflicto.
«Es sumamente importante evitar una escalada de la violencia e indispensable lograr lo más rápidamente posible una normalización de la situación» en Ucrania, declaró el mandatario ruso durante una serie de llamadas telefónicas con la jefa del gobierno alemán Angela Merkel, el primer ministro británico David Cameron y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, de acuerdo al Kremlin.
Londres dijo por su parte que Cameron y Putin se pusieron de acuerdo sobre el hecho de que «todos los países deben respetar la integridad territorial y la soberanía de Ucrania».
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas inició en la tarde del viernes una reunión a puertas cerradas para examinar la situación en Ucrania.
En el Parlamento en Kiev, los diputados votaron el viernes una resolución en la que llaman a los países occidentales a garantizar la soberanía de Ucrania.
Contexto cada vez más tenso
Fue en este contexto cada vez más tenso que el destituido presidente ucraniano volvió a aparecer el jueves en Rostov del Don, en Rusia, donde dio una conferencia de prensa.
Se trata de la primera aparición pública desde su destitución el pasado 22 de febrero en el Parlamento. Rusia, que no reconoce las nuevas autoridades de Kiev, le concedió a Yanukovich «protección» frente a los «extremistas».
Yanukovich reafirmó que seguía siendo el presidente y que regresaría apenas se le garantizara su seguridad. Según el exmandatario, el poder en Kiev está ahora en manos de jóvenes «nacionalistas y profascistas».
Yanukovich fue destituido por el Parlamento tras tres meses de protestas en Kiev, desencadenadas por su súbita decisión de dar la espalda a un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) para estrechar vínculos con Rusia.
La represión de las protestas se saldó la semana pasada con un baño de sangre que dejó más de 80 muertos y precipitó su partida.
Pero según Yanukovich, las muertes son ante todo el resultado de «la política irresponsable de Occidente».
Las nuevas autoridades de Kiev cuentan sin embargo con el respaldo de los países occidentales.
La jefa de gobierno alemán, Angela Merkel, felicitó este viernes al primer ministro interino Arseni Iatseniuk, y le garantizó su apoyo en nombre de la Unión Europea.
«Alemania y la Unión Europea harán cuanto puedan para apoyar al nuevo gobierno ucraniano», declaró.
Suiza y Austria bloquearon por su lado los haberes de Yanukovich, de su hijo y de varios de sus allegados políticos, a pedido del gobierno de transición ucraniano.
El FMI informó el jueves de un pedido de ayuda de las nuevas autoridades ucranianas y este viernes trató de calmar las inquietudes.
«No vemos nada alarmante, nada que merezca entrar en pánico por el momento», declaró la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, quien instó a las autoridades ucranianas a evitar mencionar montos de ayuda «que no tienen sentido».