El expresidente estadounidense y aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, prometió un puesto en las agencias sanitarias de su eventual segundo mandato al excandidato presidencial Robert F. Kennedy Jr., de quien este miércoles dijo que es «un tipo fantástico» y con buen conocimiento sobre los pesticidas y el medio ambiente.
«Va a estar con nosotros y se asegurará de que nuestros alimentos sean seguros y de que nuestra gente y nuestras mujeres estén seguras. Lo único en lo que no creo que vaya a involucrarle mucho es con el oro líquido bajo nuestros pies», dijo en un mitin en Green Bay, Wisconsin.
En un evento anterior en Rocky Mount, en el también estado clave de Carolina del Norte, había alabado que Kennedy Jr. «es muy fuerte con los pesticidas». «¿Y saben qué? No tenemos un país muy saludable. Cuando miras a nuestro país en comparación con otros no somos un país saludable», dijo.
Kennedy Jr., según añadió Trump, le asegura que van a convertir Estados Unidos «en un país saludable».
«Y le digo: Bien, Bobby (apodo de Kennedy), pero hazme un favor, no toques el petróleo y el gas. Déjame encargarme de eso. No vamos a dejar que se implique (en eso) ni a permitir que se involucre en el Ejército», recalcó, no sin confiar en que «hará un gran trabajo» porque «realmente es un tipo muy especial».
El político ambientalista primero aspiró a la Presidencia como demócrata, después continuó como independiente y en agosto se retiró y dio su apoyo a Trump, aunque su nombre seguirá apareciendo en las papeletas de algunos estados.
El domingo, en un mitin en el Madison Square Garden de Nueva York, Trump avanzó que le iba a permitir (a Kennedy) que «se volviera loco» con la sanidad si el 5 de noviembre le gana a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.
Según informó esta semana la cadena CNN, el propio Kennedy Jr. asegura que tendrá el «control» de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y de otras agencias sanitarias si resulta victorioso.
El hijo del ex fiscal general de EE.UU. Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, ambos asesinados en la década de los sesenta, comenzó a difundir teorías conspiratorias durante la pandemia y gran parte de su familia ha expresado su rechazo público tanto a sus ideas como a su antigua candidatura.