Donald Trump mantiene su promesa de deportar a los inmigrantes indocumentados, tres millones de los cuales podrían ser expulsados después de que asuma el gobierno de Estados Unidos, según declaró en una entrevista que será emitida este domingo por la cadena CBS.
«Lo que estamos haciendo es tomar a los criminales y a quienes tengan antecedentes criminales, pandilleros, traficantes de drogas (…) probablemente dos millones, incluso tres millones; los vamos a sacar del país o los vamos a encarcelar», dijo el mandatario electo.
Trump hizo de la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos uno de los puntos centrales de su campaña electoral.
El magnate inmobiliario de 70 años indicó que el muro fronterizo que prometió no necesariamente será únicamente de ladrillos, sino que también se podrán utilizar cercos en algunos tramos.
«Podría haber cercos», dijo Trump en su primera entrevista televisiva tras ser electo presidente.
«Pero para ciertas áreas, un muro es más apropiado. Soy muy bueno en esto», dijo a CBS.
Newt Gingrich, uno de las principales figuras en torno a Trump, había arrojado un manto de duda sobre si el mandatario electo obligará a México a pagar el muro.
«Dedicará mucho tiempo a controlar la frontera. Tal vez no gaste demasiado tiempo intentando que México pague por ello, pero fue una gran estrategia de campaña», dijo Gingrich según The Washington Post.
Protestas
Mientras Trump confecciona el organigrama de su administración, decenas de miles de han salido desde la elección del martes a manifestar en su contra en las principales ciudades del país, preocupados de que ponga su virulenta retórica en práctica.
En Nueva York, al menos 15.000 personas remontaron la Quinta Avenida hacia la Calle 56, donde se encuentra la Torre Trump, donde el mandatario electo pasa el fin de semana celebrando consultas para definir su futuro gabinete.
El presidente electo enfrenta una tarea colosal para designar a su gabinete y a cientos de altos funcionarios antes de su asunción el 20 de enero.
Sigue siendo una incógnita si el multimillonario revelará el nombre de su jefe de gabinete en la Casa Blanca.
Conway dijo el sábado que ese anuncio era «inminente» y confirmó que el presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, figura entre los candidatos.
Stephen Bannon, su jefe de campaña y propietario del portal de noticias Breitbart News, también suena con fuerza para esa posición.
Demócratas abatidos
Los demócratas se han mostrado abatidos tras su derrota en una elección que nadie esperaba que perdieran. No obstante, prometieron oponerse a Trump, pese a que además de haber perdido la Casa Blanca, carecen de mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
«Nuestra tarea ahora es hacerlo responsable», dijo Bernie Sanders, quien perdió la interna demócrata ante Hillary Clinton.
«Si el Sr. Trump tiene el coraje de enfrentarse a Wall Street, contra las farmacéuticas, (…) de tratar de avanzar para crear una vida mejor para la clase trabajadora, trabajaremos con él, tema por tema», indicó.
«Pero si su presidencia ser sobre discriminación, si va a convertir a los inmigrantes o a los afroamericanos o a los musulmanes en chivos expiatorios, nos opondremos vigorosamente», aseveró Sanders.
Según una encuesta de ABC News/The Washington Post, un 74% de los estadounidenses considera legítima la elección de Trump.
No obstante, el sondeo muestra fuertes variaciones dependiendo del campo político: 99% de los partidarios del mandatario electo reconocen su victoria, algo que solo ocurre entre 58% de los seguidores de Clinton.
Tras la dura campaña electoral, el magnate pareció moderar sus posiciones, como revelan una entrevista con The Wall Street Journal y los extractos de sus declaraciones adelantados por CBS.
Consultado por el periódico sobre si designaría a un fiscal especial para investigar a Hillary Clinton sobre el uso de un correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado, Trump dijo que «no es algo en lo que haya pensado demasiado, porque quiero resolver los temas de salud, empleo, control de fronteras y reforma fiscal».
Lejos estuvo el presidente electo de la retórica enardecida que llevó a sus seguidores a vociferar: «¡Encierrenla!»