Los cadáveres de los dos estadounidenses que murieron tras ser secuestrados por civiles armados en la ciudad de Matamoros, en el norteño estado mexicano de Tamaulipas, ingresaron la tarde de este martes al Servicio Médico Forense (Semefo) donde serán realizadas las autopsias mediante un fuerte dispositivo de seguridad en el que participaron fuerzas federales y estatales.
Por el momento, aún no se han determinado las posibles causas del fallecimiento de los dos ciudadanos estadounidenses.
Las autoridades mexicanas hallaron en una casa del ejido Tecolote, al oriente del municipio fronterizo que colinda con Texas (EEUU), a los dos sobrevivientes norteamericanos y se extrajeron los cuerpos de dos más que perecieron luego de ser interceptados y retenidos desde el pasado viernes en una zona céntrica de la localidad.
Las fuerzas federales y estatales mexicanas llevaron a cabo un gran despliegue para ubicar y liberar a los secuestrados ante la presión ejercida por el gobierno estadounidense.
Militares e integrantes de la Policía Investigadora, así como la Guardia Estatal, trasladaron esta mañana a una mujer y un hombre, que no habían sido identificados oficialmente, a las instalaciones de la delegación local de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas (FGJT) a bordo de una ambulancia de Cruz Roja.
Al llegar al sitio los esperaban representantes del Consulado General de los Estados Unidos en Matamoros y después fueron conducidos a su país por el Puente Internacional “Ignacio Zaragoza “, que conecta con la localidad estadounidense de Brownsville (Texas).
Indagan forenses
La vivienda, enclavada en una área de campo, fue resguardada por castrenses y agentes estatales mientras los forenses desarrollaban las investigaciones correspondientes en el terreno para registrar las evidencias.
Por la tarde, los dos fallecidos, que tampoco han sido identificados, fueron llevados al Semefo de la ciudad en medio de un despliegue de unidades oficiales para resguardar el perímetro.
Con una grúa se transportó una camioneta GMC, Sierra, color blanco, que aún tenía manchas de sangre, con la que probablemente detuvo a los originarios de Carolina del Norte y se les condujo hasta ese sector.
A los cuerpos de los estadounidenses se les aplicará la autopsia de ley para después comenzar con el proceso de repatriación a EE.UU.