La suerte de unas 40 ballenas varadas misteriosamente esta semana en una remota región de Florida, sureste de Estados Unidos, seguía incierta el viernes, cuando se había perdido la pista de más de la mitad, alimentando la esperanza de que estuvieran ya en aguas profundas.
«Hay un gran grupo de 24 ballenas que no hemos localizado», dijo el viernes en conferencia de prensa Blair Mase, científica especializada en mamíferos marinos y portavoz de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
«Esperamos que estén en el mar, aunque no es seguro», agregó la experta, que integra el equipo que lidera las labores de rescate.
Desde que una embarcación pesquera descubrió el martes a más de 40 ballenas piloto o calderones (Globicephala) varadas en una zona de aguas bajas del Parque Nacional Everglades en el sur de Florida, varias agencias federales y estatales se han unido para lograr salvar a estos mamíferos, de los cuales 11 ya murieron.
Mase indicó además que encontraron a dos ballenas más varadas en Plovert Key, un cayo cerca de la costa del suroeste de Florida y siete fueron avistadas por helicópteros de rescate en aguas de entre 3,6 y 4 metros de profundidad.
Aunque estas aguas siguen siendo bajas para estos animales, son más profundas que las cercanas a Highland Beach, donde el martes fueron descubiertas estas ballenas de aleta corta.
Un balance previo de NOAA dio cuenta de 51 ballenas piloto atrapadas en un hábitat ajeno, pero el viernes Mase puntualizó que el total, incluyendo las muertas, «no era exacto».
Se desconocen aún las causas que llevaron a estas ballenas a la orilla de Highland Beach, en el condado de Monroe, un lugar de difícil acceso por tierra y sin señal para teléfonos celulares.
Expertos y organizaciones protectoras de animales especulan sobre los motivos que pudieron impulsar a estas ballenas a ir a esta zona de aguas cálidas y bajas: enfermedades, desorientación tras una explosión marítima, o algún trastorno provocado por contaminación medioambiental que las induzca al suicidio.
De las 11 que se estima perecieron, cuatro tuvieron que ser sacrificadas por biólogos marinos tras ser halladas en condiciones de agonía. Se teme que las otras murieron y se hundieron en el fondo del mar.
Carrera contra el tiempo para salvarlas
Los socorristas han dicho desde el principio que están en una carrera contra el tiempo para salvar a estos animales, ya que las ballenas piloto o calderones -cetáceos odontocetos que viven en los océanos de casi todo el mundo y se desplazan en grupo- son incapaces de respirar, alimentarse o hidratarse en aguas bajas como las de esta región de Florida.
Hasta ahora un helicóptero de la Guardia Costera estadounidense y el viernes de la agencia de Parques Nacionales se sumaron a otros grupos que deben embarcar en Highland Beach. Una vez allí, los socorristas deben navegar unas dos horas para llegar a la zona donde las ballenas fueron vistas el martes.
«Es muy aislado, es una zona muy amplia del mar para monitorear», aclaró la NOAA el viernes al ser consultada sobre las posibilidades de hallar a las 24 ballenas cuya pista se ha perdido.
El jueves una portavoz del Parque Nacional Everglades, Mary Plumb, descartó a la AFP que puedan hacerse suposiciones cuando no se ven estas ballenas, porque pueden tanto haber llegado a aguas muy profundas como haberse muerto y hundido.
Unas 35 personas en unas 15 embarcaciones partieron para intentar acercarse a estos mamíferos y ayudarlos a que se dirijan a mar abierto mediante ruidos especiales.
En las últimas horas fueron monitoreados a unos 10 km de las costa y en aguas de menos de 5 metros de profundidad, aún insuficientes para que sobrevivan por mucho más tiempo.
El incidente no es nuevo. En 2012, más de una veintena de ballenas piloto quedaron varadas en los cayos de Florida y en septiembre pasado sólo cinco de estos mamíferos sobrevivieron después que otra veintena quedara también varada. Otras quince murieron o debieron ser sacrificadas.