Dos sobrinos de la primera dama de Venezuela condenados por intentar traficar 800 kg de cocaína a Estados Unidos serán sentenciados este jueves en Nueva York, donde ya han pasado dos años en la cárcel.
Sus propios abogados los describieron en la corte de Manhattan como a dos «estúpidos» y «novatos» que intentaban ganar millones sin entender nada del narcotráfico y cayeron en una trampa de la DEA.
Pero la fiscalía, que busca la pena de cadena perpetua, aseguró que los jóvenes pertenecientes a la familia más poderosa de Venezuela se creían impunes para enviar casi una tonelada de cocaína a Estados Unidos.
En noviembre de 2016, tras un juicio de nueve días, un jurado popular decidió por unanimidad que dos sobrinos de Cilia Flores, la esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro, eran culpables de planificar un vuelo que transportaría 800 kg de cocaína de Venezuela a Honduras, con Estados Unidos como destino final, a cambio de 20 millones de dólares.
Operación encubierta
Los dos sobrinos fueron detenidos en Haití en noviembre de 2015 por la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, que llevó a cabo operaciones encubiertas en Venezuela y Honduras para capturarles.
El juez Paul Crotty, de la corte federal de Manhattan, debe decidir ahora cuánto tiempo estos dos treintañeros, Franqui Francisco Flores de Freitas y su primo Efraín Antonio Campos Flores, pasarán tras las rejas.
La sentencia ha sido aplazada varias veces a la luz de nueva evidencia presentada por la fiscalía, incluidos chats telefónicos entre los dos acusados en los cuales intercambian fotos de una cabeza decapitada y un cuerpo desmembrado, y chats entre los acusados y otras personas en los cuales se discuten presuntos asesinatos.
«En este caso, el gobierno busca una sentencia a cadena perpetua contra acusados sin antecedentes penales, donde no hubo droga incautada y no hubo acusaciones de violencia», dijeron los abogados defensores Randall Jackson y David Rody en una carta al juez Crotty.
«Venganza»
Cilia Flores consideró el arresto de sus sobrinos como un «secuestro» y dijo que se trataba de «una venganza». Para Maduro, la meta de Estados Unidos es atacar a su gobierno.
«¿Ustedes creen que son casualidad (los ataques)? ¿Que el imperialismo haya creado una causa que tiene como único objetivo atacar a la primera dama, a la primera combatiente, a la esposa del presidente, ustedes creen que es casualidad?», preguntó el mandatario socialista hace poco más de un año, durante un mitín.
La sentencia se anuncia dura, ya que el juez aceptó una mayoría de los factores agravantes presentados por la fiscalía.
Los delitos de los que son acusados conllevan una pena mínima de 10 años, y un máximo cadena perpetua.
Algunos de estos factores agravantes con el potencial de alargar la sentencia son la intención de enviar más de 450 kg de droga a Estados Unidos, el uso de un arma de fuego, el uso de un avión en conexión con la conspiración, supervisión de otras personas o el pago de sobornos a fuerzas del orden.
Uno de los abogados de los acusados, Randall Jackson, argumentó en una audiencia celebrada en octubre que «hay cero pruebas» de que las armas eran de sus clientes (fotos de un arma aparecieron en el teléfono de uno de los sobrinos), que nunca transportaron droga en un avión ni pagaron sobornos y que no eran jefes de nadie, pero el juez desestimó sus objeciones.
«Todo es parte de lo mismo: (estos factores) les daban más chances de tener éxito» en su conspiración, dijo el juez Crotty.
El juez rechazó no obstante otros dos factores agravantes presentados por el gobierno, dando la razón a la acusación: obstrucción de justicia y amenaza creíble de violencia para cometer el crimen.