El Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó que más de 300.000 migrantes haitianos y de América Central ya no necesitan un estatus de protección especial, lo que abre las puertas a su eventual deportación, informó este viernes el diario The Washington Post.
La noticia se divulgó antes de una esperada decisión del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sobre la renovación o no del estatus de protección temporal (TPS) que aplica para los migrantes en cuestión.
El secretario de Estado Rex Tillerson informó a la jefa interina del DHS Elaine Duke el martes que las condiciones económicas, de seguridad y otras en esos países ya no son tan terribles como para que los migrantes necesiten permanecer en Estados Unidos, señaló el cotidiano citando a funcionarios gubernamentales anónimos vinculados con el tema.
El DPS no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre esta información.
Un funcionario del Departamento de Estado dijo a su vez a la AFP que ninguna decisión había sido aún anunciada y declinó formular declaraciones respecto a la «deliberación interna y entre agencias» gubernamentales en la materia.
El DHS debe pronunciarse como máximo el lunes sobre el destino de 57.000 hondureños y 2.500 nicaragüenses cuyo TPS caduca en enero, dijo el Post.
El estatus les había sido concedido luego que el huracán Mitch asolara América Central, en 1998, y luego se les había renovado tras otros desastres naturales.
La mayoría de los migrantes que gozan de un TPS llegaron ilegalmente a Estados Unidos, pero fueron autorizados a permanecer en el país y a trabajar debido a la inestabilidad reinante en sus naciones de origen.
Los alrededor de 50.000 haitianos abarcados por el programa gozan del estatus tras el terremoto de 2010 que devastó a la empobrecida nación caribeña.
El grupo más grande de beneficiarios del TPS -unos 200.000- está integrado por salvadoreños, según el Post.