Las rebeliones tuareg y árabe anunciaron este jueves que suspenden las negociaciones con el gobierno de Malí sobre los territorios del norte, lo que pone en peligro la perspectiva de una paz durable en el país africano.
El estatuto del norte maliense, que los movimientos tuareg llaman ‘Azawad’, es un tema espinoso para los dos campos. Los rebeldes quieren la autonomía, algo de lo que Bamako ni siquiera quiere hablar.
«Tras las múltiples dificultades para poner en obra el acuerdo de Uagadugú causadas principalmente por el gobierno maliense que no respetó sus compromisos», el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), el Alto Consejo para la Unidad de Azawad (HCUA) y el Movimiento Árabe de Azawad (MAA), «decidieron suspender su participación en las estructuras para poner en obra dicho acuerdo», explican en un comunicado conjunto.
El acuerdo de Uagadugú, que puso fin a 18 meses de crisis político-militar en Malí, permitió la organización de los comicios del 28 de julio que dieron la presidencia a Ibrahim Boubacar Keita.
Uno de los puntos del acuerdo en el cual rebeldes y autoridades gubernamentales se comprometían a respetar la integridad territorial del país, garantizaba la realización de «conversaciones de paz» 60 días después de la asunción del nuevo gobierno, en particular para decidir el estatuto de la región norte.