Desde que Marcela Tedeschi se presentó en la toma de posesión de 2011 cuando su marido asumió el cargo de vicepresidente de Brasil, no ha pasado desapercibida por la prensa de dicho país, no por el mero hecho de ser la esposa de un alto funcionario, sino por los 42 años de diferencia que hay entre la edad de ambos y por la belleza que ella posee.
Nacida en Sao Paulo, hija de un microempresario y criada por su madre en la religión evangélica, Marcela estudió toda su infancia en una escuela privada. A los 18 años trabajó como recepcionista en un periódico y un año después ganó el título de Miss Paulínia.
Marcela con 20 años conoció en 2003 a Temer en una reunión del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), desde ese día los dos entablaron contacto, posteriormente un noviazgo. En el 2004 se casaron cuando ella tenía 21 y él 63 años, de esa forma ella adoptó el apellido de su esposo, dejando de ocupar Tedeschi.
La ex-reina de belleza es abogada de profesión, aunque nunca ha trabajado como tal, pues pasa cuidando a su hijo que procreo en 2009. En el 2011 fue trending topic cuando se convirtió en la vice-primer dama de la nación, durante 24 horas fue el 5º hashtag más utilizado a nivel mundial.
Ante las críticas de la diferencia de edad entre ella y su marido, Marcela comenta que no se avergüenza, añadiendo que él se comporta con ella como si fuera un joven de 30 años. Medios del país carioca, comentan que Temer es romántico y escribe poemas a su esposa, la cual se ha tatuado en su nuca el nombre te Temer.
Marcela es a partir de ayer la primera dama de Brasil, la primera en 6 años. Desde el gobierno de Lula Da Silva, no existía una figura de este tipo.
Cortesía de Juan Pardo