Lo deportaron en silencio. No hubo conferencias de prensa, ni comunicados, ni informes judiciales. Nelson Alexander Flores, alias Mula, de 49 años, uno de los cabecillas de la MS-13 a nivel regional, fue entregado por autoridades mexicanas al gobierno de los Estados Unidos.
De acuerdo con investigaciones del Buró Federal de Investigaciones (FBI), El Mula desempeñó un papel silencioso y esencial en la Mara Salvatrucha (MS-13) a nivel regional.
Entre otras cosas, suministraba narcóticos a las diferentes clicas de la pandilla, traficaba con reclutas juveniles de la MS-13 a Estados Unidos y enviaba dinero a los líderes de la pandilla en El Salvador.
Funcionarios mexicanos señalaron que El Mula era el enlace con la Mafia Mexicana, quien, además, actuaba como árbitro en el inframundo del Sur de California que ocupa la MS-13.
En ese sentido, funcionarios mexicanos concluyeron que el Mula sería el cabecilla “más influyente de la pandilla fuera de su liderazgo en El Salvador”.
El Mula está acusado en Ohio, Estados Unidos, por los delitos de extorsión y lavado de dinero. Uno de sus abogados, que lo representó durante una comparecencia inicial en la corte federal de San Diego, no respondió a las preguntas de los periodistas.
Según las investigaciones, años atrás el Mula estuvo encarcelado en una prisión de Nevada. Ahí habría tenido contactos con la Mafia Mexicana para montar una base de operaciones en Tijuana.
Historia de un delincuente
El Mula nació en El Salvador en 1970. En los años ochenta, durante la guerra civil, era un niño. Dos de sus hermanas murieron en combates de guerra. Al parecer, “terroristas” saquearon la casa de su familia y le dispararon a su madre en el estómago.
El Mula dejó El Salvador a los 16 años para vivir con su hermano en Reno, donde se unió a la MS-13, pandilla fundada en la década de 1980 en los distritos densos y empobrecidos al oeste del centro de Los Ángeles.
La MS-13 hizo metástasis cuando el gobierno de Estados Unidos deportó a gran parte de sus miembros a El Salvador en la década de 1990. Ahora la MS-13 es una de las estructuras criminales más fuertes de la región, tanto que el presidente de Donald Trump les declaró la guerra.
En el año 2000, el Mula fue deportado después de cumplir una pena de prisión en Nevada. Volvió a entrar a Estados Unidos ilegalmente y se dirigió a Columbus, Ohio.
Los investigadores en Columbus notaron por primera vez la presencia de la MS-13 a mediados de la década de 2000, escribió un agente del FBI en apoyo de una orden de registro.
El Mula era un líder de la MS-13 en Columbus. Él y otros pandilleros de la MS-13 saquearon a las víctimas en Columbus. Luego enviaron “parte, si no todo” del dinero a miembros y asociados en El Salvador, Honduras y Guatemala, según una acusación y una declaración jurada de un agente del FBI.
Los líderes de la MS-13 en Centroamérica utilizaron los fondos para comprar armas y apoyar a las familias de los pandilleros que habían muerto o habían sido encarcelados, escribió el agente, Thomas J. Gill.
Sin embargo, el Mula parecía un hombre trabajador con una nueva esposa y un hijo en camino. Hizo malabares con tres empleos legítimos en Columbus, trabajando para una empresa de pintura, una planta de metalurgia y un contratista de pisos, quien describió al Mula como un “empleado educado, respetuoso y puntual”.
Empleado en la planta metalúrgica con el nombre de David Aguilar y un número de Seguro Social falso, ganaba $12 la hora y enviaba dinero a su madre enferma en El Salvador, según su memorando de sentencia y los documentos de nómina presentados en la corte.
Su doble vida se vino abajo en 2004, cuando sufrió un accidente de tránsito y le dijo a la policía de Columbus que se llamaba Toni Pacheco. La policía se enteró de su nombre real y descubrió que había una orden de arresto emitida para su detención. Fue entregado a las autoridades de inmigración, acusado en un tribunal federal de reingreso ilegal al país y enviado a prisión durante casi seis años.
Mientras estaba encarcelado en Kentucky, el Mula conoció a un miembro particularmente influyente de la Mafia Mexicana: José Landa-Rodríguez, oriundo de Michoacán y jefe de una pandilla callejera.
Landa-Rodríguez, conocido como Fox Tapia, preparó a Flores para trabajar con la Mafia Mexicana. La MS-13, como casi todas las pandillas callejeras latinas que operan en el Sur de California, responde a la Mafia Mexicana.
Después de terminar su condena en prisión, el Mula fue deportado. En 2014 se dirigió al norte de Tijuana, donde comenzó a trabajar con Robert ‘Peanut Butter’ Ruiz, un miembro de la Mafia Mexicana y aliado de Landa-Rodríguez.
Los investigadores en Los Ángeles descubrieron la operación del Mula mientras investigaban una serie de asesinatos entre 2013 y 2015.
Las autoridades se enteraron que Mula estaba contrabandeando reclutas juveniles de MS-13 y narcóticos hacia Estados Unidos.
No está claro cuándo el Mula fue detenido en México, pero entró a la custodia de Estados Unidos hasta mayo.
Trump contra la MS-13
Nada más llegar al poder, Donald Trump proclamó una política de “tolerancia cero” con bandas como la Mara Salvatrucha (MS-13), y ordenó a su Gobierno que las persiguiera judicialmente para bloquear sus fuentes de ingresos y menguar el número de pandilleros en sus filas.
En mayo del 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que estaba dispuesto a reducir la ayuda a los países que no impidieran la migración de integrantes de la MS-13 y reiteró que su administración acabaría con ese problema.
Recientemente, el director Adjunto del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Thomas Homan, destacó que bajo el liderazgo de Trump duplicaron los arrestos de integrantes de pandillas. Una muestra: solo en el primer año de la actual administración hubo con 796 detenidos.
Homan ha resaltado el trabajo que desarrollan de forma coordinada con las autoridades salvadoreñas.
La MS-13, nacida entre los años 80 y 90 en Los Ángeles (California) junto a su rival, el Barrio 18, se ha esparcido a Centroamérica y otros lugares.
Según el gobierno estadounidense, hay alrededor de 10,000 miembros de MS-13 en el país -de los cuales 2,000 se calcula operan en Long Island- y más de 30,000 en todo el mundo.
El fiscal general adjunto, John P. Cronan, de la División Criminal del Departamento de Justicia, ha detallado que pandilleros de la MS-13 han continuado llegando desde El Salvador, y alertó que están infiltrando incluso colegios.
El presidente Trump ha dicho que los miembros de la MS-13 son “animales” y dijo que su gobierno los está sacando de Estados Unidos a un ritmo nunca visto.
“Cuando entran los de la MS-13, cuando llegan a nuestro país otros pandilleros, me refiero a ellos como animales, y ¿saben qué? Siempre lo haré”, dijo Trump en mayo del 2018.