Un hombre detenido por posesión de drogas en marzo pasado que fue liberado de una cárcel para evitar el contagio del COVID-19 está de regreso en la prisión acusado de un asesinato en segundo grado ocurrido el pasado 20 de marzo en la ciudad de Tampa, en el centro de Florida.
Joseph Williams, de 26 años, hizo parte de más de un centenar de reos liberados el pasado 19 de marzo de una cárcel del condado Hillsborough, como medida preventiva ante el nuevo coronavirus.
«Los jueces, fiscales y alguaciles de todo el país enfrentan decisiones difíciles durante esta crisis de salud con respecto al equilibrio de la salud pública y la seguridad pública», dijo Chad Chronister, alguacil del condado de Hillsborough.
El oficial se lamentó que Williams «aprovechó esta emergencia de salud para cometer crímenes mientras estaba fuera de la cárcel».
Según el alguacil, el recluso fue liberado en cumplimiento de una orden administrativa porque enfrentaba cargos de un delito «no violento», la posesión de menos de cuatro gramos de heroína.
Chronister subrayó que se ha comunicado con los fiscales del Estado para aplicar el mayor peso de la ley por el nuevo delito de Williams, quien está detenido sin posibilidad de salir bajo fianza.
«Cada asesinato, cada crimen violento, especialmente aquellos que involucran un arma, es un ejemplo repugnante de lo peor en nuestra comunidad, especialmente en un momento en que nuestra comunidad está trabajando sin descanso para luchar contra la propagación de este mortal COVID-19», se lamentó el alguacil.
Según la Oficina del Alguacil, Williams fue ingresado en a la cárcel de Orient Road el pasado 13 de marzo por posesión de droga, un delito grave de tercer grado y posesión de parafernalia de drogas, un delito menor de primer grado.
Las autoridades liberaron a los presos siguiendo una orden administrativa.
«Los alguaciles en Florida y en todo nuestro país han liberado a delincuentes no violentos de bajo nivel para proteger a nuestros oficiales y a la población carcelaria de un brote», precisó Chronister.
Williams ya había sido condenado en 2012 y 2018 por delitos graves, incluido el robo de un medio de transporte desocupado y posesión de un arma de fuego, respectivamente.