El presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró este miércoles que el ataque contra la base con tropas estadounidenses en Irak demuestra que Irán no retrocederá ante Estados Unidos, país al que recomendó no tomar acciones de represalia.
«Agradecemos al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución que con unas operaciones anoche contra la gran base de los estadounidenses demostró bien que nosotros ante EEUU no retrocederemos», dijo el presidente en un discurso durante la reunión del gabinete.
Rohaní indicó que «si los estadounidenses son sensatos no realizarán otra acción», ya que «de cometer algún crimen deben saber que recibirá una respuesta determinante» de las Fuerzas Armadas iraníes.
«EEUU debe recibir la respuesta de los países de la región. Ellos (los estadounidenses) cortaron la mano de (el general asesinado Qasem) Soleimaní y la venganza es cortar el pie de EEUU de la región», apostilló el mandatario aludiendo a la expulsión de las tropas estadounidenses de Oriente Medio.
Si esa expulsión ocurre, esa será, según Rohaní, «la venganza y respuesta final de las naciones de la región a EEUU».
A su juicio, la primera respuesta que recibió EEUU por el asesinato de Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad el pasado viernes fue «la masiva presencia» de ciudadanos en Irak en los funerales del general.
Otra respuesta fue la decisión del Parlamento iraquí de pedir la salida de las tropas extranjeras del país, lo que -apuntó Rohaní- abrió la vía a su retirada de Irak y «si Dios quiere de la región».
«EEUU pretendía crear división entre Irán e Irak (…) pero las dos naciones siguen la misma vía», dijo el presidente, quien agregó que la muerte de Soleimaní logró «la unión de la región contra EEUU».
En esta línea, aseveró que «los estadounidenses pensaron que con el misil quemaron al cuerpo del general Soleimaní, mientras que con su medida quemaron los corazones de cientos de millones de personas libres del mundo».
«Es natural que EEUU no pueda evitar las consecuencias de esta gran catástrofe y recibirá con seguridad una respuesta ante este crimen y atrocidad», añadió.
Bajo el nombre «Operación Mártir Soleimaní», la Guardia Revolucionaria disparó decenas de misiles balísticos contra la base aérea Ain al Asad, situada en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, y advirtió de que solo es «un primer paso» de su venganza.
Según el Pentágono, los bombardeos fueron contra dos bases, la de Ain al Asad y otra en Erbil, en las que permanecen tropas estadounidenses, y todavía se están evaluando los daños.