La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció este domingo una intervención «dura» de los centros penales de su país luego de que enfrentamientos simultáneos entre pandilleros registrados en cuatro cárceles dejaron un muerto y siete heridos.
«Sé del esfuerzo de la Policía y la Secretaría de Seguridad en la disminución de homicidios y corrupción, pero voy a intervenir enérgicamente los Centros Penales», indicó Castro en uno de cinco mensajes divulgados en su cuenta de Twitter.
Aseguró que la «intervención será dura, pero respetuosa de la humanidad de los encausados, sus familiares y defensores. El crimen se combate desde la prevención no solo con el castigo».
«Voy a poner mano dura y orden en las cárceles, hasta transformarlas en Centros Penales de rehabilitación, no en escuelas de crimen y tortura como lo que he heredado», señaló la presidenta hondureña.
Agregó que «12 años (144 meses) de saqueo y colusión con el narcotráfico, maras, pandillas y crimen organizado público y privado, no se arreglan en 12 meses».
Castro precisó que este lunes anunciará «los nombramientos y las primeras medidas de emergencia. Lo que importa son los resultados».
La intervención en las cárceles es anunciada por la mandataria tras registrarse este sábado amotinamientos y tiroteos simultáneos en cuatro prisiones de Honduras, que dejaron un pandillero muerto y siete heridos, según el informe preliminar del Instituto Nacional Penitenciario (INP) .
El pandillero falleció en un amotinamiento en la cárcel de Ilama, departamento occidental de Santa Bárbara, considerada de alta seguridad, donde otros dos presos resultaron heridos.
En la cárcel de Morocelí, conocida como La Tolva, ubicada en el departamento de El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, tres presos salieron heridos, mientras que en la Penitenciaría Nacional, cercana a Tegucigalpa, se registraron dos lesionados.
El enfrentamiento se dio entre reclusos de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, según las autoridades penitenciarias.
El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por unas 26 cárceles, alberga a 19.658 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.