El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no deberá responder de las acusaciones de agresión sexual de una demandante sueca, puesto que prescribieron este jueves, pero la denuncia de violación presentada por una mujer sigue vigente.
Como no se presentaron acusaciones formales contra Assange, los hechos de agresión sexual prescribieron, ya que tuvieron lugar hace cinco años.
«Ahora que prescriben algunas de las infracciones, me veo obligada a clasificar una parte de la investigación», afirmó la fiscal Marianne Ny.
A pesar de ello, nada cambiará en la vida de este australiano de 44 años, quien vive refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para escapar de una orden europea de detención emitida por Suecia.
Las denuncias de violación interpuestas por otra demandante sueca no prescribirán hasta agosto de 2020, lo cual deja otros cinco años a la policía británica para detener a Assange.
Desde sus inicios, este hipermediatizado caso topó con un embrollo jurídico y diplomático, que no ha permitido por el momento conocer la verdad.
Assange, quien no está imputado formalmente de ningún delito, defiende su inocencia, al afirmar que las relaciones sexuales fueron consentidas.
Sin embargo, siempre eludió las citaciones de la fiscal encargada del caso, Marianne Ny.
En junio de 2012, tras perder todos sus recursos en Reino Unido donde había fijado su residencia, entró en la embajada del pequeño país sudamericano sin saber que permanecería allí durante cinco años.
Ecuador le concedió el asilo político dos meses más tarde y, desde entonces, ha intentado en vano obtener un salvo conducto para trasladarlo a Quito.
Mientras la Fiscalía se obstinaba en pedir la comparecencia de Assange en Suecia, este proponía a los magistrados una audición por videoconferencia o en Londres. Ny aceptó finalmente esta solución en marzo de 2015.
Embrollo diplomático
Esta audición todavía no se pudo celebrar a causa de problemas administrativos. Y, sin ella, el caso parecía demasiado débil para presentar cargos, por lo que una de las demandantes suecas vio esfumarse su denuncia.
La joven intentaba aceptar este final, según su abogado Claes Borgström.
«Es un sentimiento dividido. Siempre ha estado dispuesta a defender sus acusaciones y a llevar el caso ante los tribunales. Pero, al mismo tiempo, se libera de un peso. Hace cinco años que esto dura y quiere retomar su vida normal», confió el letrado al diario Dagens Nyheter.
La continuidad del procedimiento de aquí a 2020 es incierta.
Tras un diálogo de sordos sobre las condiciones jurídicas de la eventual audición en los locales de la embajada ecuatoriana, Suecia y Ecuador acordaron finalmente la redacción de una convención de cooperación judicial entre ambos países.
Pero las negociaciones de los términos de este texto, válidas para futuros casos, debería llevar su tiempo.
Julian Assange, responsable de la filtración de miles de documentos secretos estadounidenses que lo convirtieron en un referente, cree que si viaja a Suecia, podría acabar extraditado en Estados Unidos, donde teme ser condenado a muerte por las revelaciones de WikiLeaks.
Según su abogado, la intención del informático australiano nunca fue la de dejar pasar el tiempo, sino la de cooperar con los investigadores desde Londres.
«Es inocente, por lo que quiere ser interrogado lo antes posible», aseguró a la AFP su abogado sueco Per Samuelsson a finales de julio.