Una modelo se desnudó frente a las imágenes de la Virgen María, Jesús Crucificado y otros santos instalados en el altar de una iglesia católica.
Are Rojas, quien ganó fama y popularidad tras haberse desnudado en la fila de una gasolinera, ha vuelto a causar polémica, esta vez por desnudarse al interior de una iglesia católica.
Sin embargo, en las palabras de la misma Are Rojas, este acto no debe ser interpretado como transgresivo, esto alegando que su cuerpo no debe ofender a Dios, debido a que es producto de su creación.
Con las fotos publicó un texto transcrito a continuación:
Mi desnudez no ofende a Dios,
¿Cómo es que algo tan natural como su creación misma podría ofenderlo?
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes usan a Dios y una religión para matar, quienes lo usan para manipular masas y para vivir con doble moral.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes van a misa los domingos y al salir critican a todos, a quienes van a la basílica, pero que al regresar a casa vuelven al alcohol y a la violencia contra su mujer.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes aún no se han atrevido a ser libres y en cambio viven atados a patéticas reglas de etiqueta e hipocresía social.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes dicen predicar las palabras y el amor de Dios, pero que rechazan y violentan contra otros tipos de amor y de preferencias.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes van rechazando y tachando de incorrecto todo lo que no entienden, a quienes me llaman puta e inmoral por mostrarme natural.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes prohíben el sexo pre marital o experimentación sexual, pero que llevan una vida doble; una felizmente casados en público y la otra desnudándose en moteles con su amante.
Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes ponen género a las prendas, a quienes no conciben en ver a un niño con falda o a una niña con pantalón, pero sí a un sacerdote con “vestido”. Mi desnudez no ofende a Dios, ofende a quienes aún no comprenden la pureza y el amor de Dios, a quienes han perdido la Inocencia de lo natural.
Mi desnudez no ofende a Dios, mi desnudez honra su perfecta creación, la belleza de nuestros cuerpos, la diferencia de los sexos, el disfrute del placer que nos da; que por algo existe la capacidad.