El Salvador
domingo 17 de noviembre de 2024

Pese a reactivación económica, Obama fue sancionado por estadounidenses

por Redacción


Seis años después de su triunfal elección en la Casa Blanca, Obama amaneció el miércoles con la mayoría republicana más importante en el Congreso en décadas.

Los demócratas intentaban comprender el miércoles las causas de su histórica derrota en la elección legislativa, alimentada por la desconfianza de los estadounidenses hacia la política económica del presidente Barack Obama, cuyo discurso sobre la reactivación fue inaudible.

Seis años después de su triunfal elección en la Casa Blanca, Obama amaneció el miércoles con la mayoría republicana más importante en el Congreso en décadas.

Los republicanos hicieron cartón lleno, no sólo quedándose con el Senado y aumentando su mayoría en la Cámara, sino con gobernadores en estados que no habían visto los colores del «Old Party» en mucho tiempo.

Barack Obama hará en rueda de prensa a las 19H50 su análisis de las elecciones.

¿Reconocerá que sufrió una derrota como lo hizo en 2010 cuando perdió la Cámara? ¿O que fue aplastado, usando las palabras del expresidente George W. Bush en 2006, cuando los demócratas se hicieron con el Congreso?

Y sobre todo: ¿reconocerá, como Bill Clinton en 1994, su responsabilidad en la derrota?

Es la economía

Los votantes coincidieron en un 70% en que la situación económica del país es mala; sólo 1% la consideran «excelente», según sondeos a boca de urna llevados a cabo por un consorcio de medios estadounidenses.

El veredicto contrasta con las palabras de Barack Obama en cada uno de sus actos de campaña, de que todos los indicadores económicos estadounidenses son positivos y que la recesión quedó atrás.

El crecimiento fue de 3,5% en el tercer trimestre y el desempleo estuvo en su nivel más bajo en seis años en 5,9%.

Los republicanos no hacen mucho mejor, claro está, que los demócratas o que el presidente en términos de imagen, lo que es una consecuencia de un desencanto general hacia la clase política.

En 2012, 46% de los votantes creía que el país iba «en la dirección correcta»; este año, sólo 31% lo piensa así hoy. Sólo uno de cada cinco cree que la próxima generación vivirá mejor que ahora.

La economía es la prioridad de los estadounidenses, y es seguida de inmediato por la salud, la inmigración ilegal y la política exterior: tres sectores en los cuales el gobierno de Obama busca apagar incendios desde hace meses, dando la impresión de tener una gestión vaga y sin proyección. El ébola y el grupo extremista Estado Islámico fueron de hecho el centro de varios avisos publicitarios de la campaña republicana.

 Críticas demócratas

El mensaje enviado por los votantes, según la estratega demócrata Celinda Lake el miércoles, es el siguiente: «Sean un poco más productivos, por una vez».

«Espero que el presidente piense en su balance y muestre un poco más de liderazgo», decía el exrepresentante demócrata Martin Frost, durante un encuentro entre politólogos y encuestadores organizado por el National Journal.

La confusión se hace mucho más evidente al constatar que los electores de varios estados votaron a candidatos republicanos al mismo tiempo que dieron su respaldo a medidas promovidas activamente por los demócratas.

De esta forma, el salario mínimo subirá en Alaska, Arkansas, Nebraska y Dakota del Sur. Un referendo contra el aborto, iniciativa de los republicanos, fracasó en Colorado, pero el senador demócrata fue destituido de su cargo por los votantes.

El mapa electoral y la escasa participación de la base demócrata contribuyeron a la derrota legislativa.

 Los republicanos apelan a la tecnología

Pero los republicanos atribuían su victoria a otro motivo: recuperaron su retraso tecnológico, y en el terreno, con respecto a los demócratas de la generación Obama.

«Hemos instalado una infraestructura informática y digital sin precedentes, lo que nos permitió movilizar a los votantes y ganar la batalla en el terreno», se congratuló el Comité nacional republicano en un comunicado.

La calidad de los candidatos republicanos en el Senado, que realizaron una campaña sin errores contrariamente a 2010 y 2012, fue un factor clave.

Un nuevo contingente de senadores y senadoras cuadragenarios renovará la imagen de un partido a menudo acusado de ser anticuado y demasiado masculino.

Pero incluso algunos demócratas criticaban abiertamente a la Casa Blanca y al presidente.

«La popularidad del presidente es de apenas 40%», reveló en una entrevista con el Washington Post, David Krone, director en jefe del gabinete de la mayoría demócrata en el Senado.

«Lo siento, el mensaje no era forzosamente malo, pero a veces el mensaje no es bueno».