Paraguay, base principal de las misiones jesuitas en Sudamérica y donde un obispo se convirtió en Presidente en 2008, recibió el viernes al papa Francisco con una festiva ceremonia de tradiciones guaraníes celebrada bajo la lluvia.
Sin paraguas, el papa Francisco descendió del avión que lo trajo desde la ciudad boliviana de Santa Cruz hasta Asunción, en la última escala de una gira sudamericana que lo llevó a Ecuador y Bolivia, y terminará el domingo con una misa campal a la que se prevé asistirán unos tres millones de fieles, entre ellos cientos de miles de brasileños y argentinos como él.
El pontífice aterrizó hacia las 14H47 locales (18H43 GMT) en el aeropuerto Silvio Pettirossi, aledaño a Asunción, y antes de subir al papamóvil para trasladarse hasta la capital un coro de 200 niños de escuelas públicas entonó canciones típicas para luego dar pie a una ceremonia festiva con bailarines sobre la pista.
Enérgico y risueño al saludar a niños minusválidos que lo esperaban, el papa de 78 años lucía descansado este viernes en la tarde tras realizar su sexto vuelo desde el domingo pasado cuando salió de Roma.
En las afueras del aeropuerto más de 60.000 jóvenes lo esperan formando un cordón humano de más de 10 km tomados de la mano a lo largo de la vía que recorrerá Francisco hasta el Palacio de López, sede de la presidencia, donde se espera que ofrezca un discurso protocolar.
Esta es la segunda visita a Paraguay de un papa, luego que en 1988 el polaco Juan Pablo II visitara este país de casi siete millones de habitantes, un año antes que cayera la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
Entre los actos más esperados del papa argentino destaca la misa en la Basílica de la Virgen de Caacupé, 50 km al este de Asunción, patrona de los paraguayos y de la cual es devoto desde sus tiempos de arzobispo en Buenos Aires, donde realizó trabajos en barrios pobres con inmigrantes paraguayos.
En tierra de misiones
En este país donde 90% de la población es de confesión católica, los jesuitas que inspiraron a Jorge Bergoglio fundaron en los siglos XVII y XVIII fuertes bases de un utópico modo de vida comunitario para evangelizar durante 150 años a los indígenas guaraníes.
Las misiones jesuíticas guaraníes fundaron 30 pueblos ubicados en territorios que pertenecen actualmente a Paraguay, Argentina, Uruguay, Brasil, y Bolivia, donde levantaron aldeas capaces de formar una unidad económica independiente y una organización militar para frenar la expansión de Portugal desde Brasil.
Fernando Lugo, un exobispo católico, se convirtió en presidente de Paraguay en agosto de 2008 y abandonó el poder el 22 de junio de 2012 cuando fue destituido a través de un controvertido juicio político.
Argentina en la mira
Mientras volaba de Santa Cruz a Asunción, el Sumo Pontífice envió un saludo a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, y a su país natal.
«Al sobrevolar la amada patria argentina para dar comienzo a mi visita pastoral a Paraguay, me alegra enviar un cordial saludo a vuestra excelencia, expresando mi cercanía y afecto a esta querida nación», dice el telegrama que lleva la firma de Francisco.
El saludo es parte de la diplomacia vaticana y también lo hizo cuando sobrevoló los espacios aéreos de Venezuela y Colombia rumbo a Ecuador, primera escala de su gira que siguió luego en Bolivia y termina en Paraguay, donde estará en visita pastoral hasta el domingo.
Con los pobres, presos y enfermos
Su última actividad pública en Bolivia fue una visita a la cárcel de Palmasola, la más hacinada y peligrosa del país, ubicada en una especie de ciudadela en Santa Cruz de la Sierra, en la que defendió la reinserción de los presos en la sociedad.
El papa caminó lentamente en un amplio patio del recinto, donde era aguardado por 2.800 presos y sus familiares.
Antes de acudir a la cárcel, el Vaticano informó que el papa visitó a la Virgen patrona de Bolivia, a la que le donó las condecoraciones que recibió de manos del presidente Evo Morales.
No se especificó nada sobre el polémico Cristo crucificado sobre la hoz y el martillo, que también recibió de regalo de parte del presidente boliviano.
Francisco lanzó el jueves un histórico pedido de perdón a nombre de la Iglesia, por los crímenes cometidos contra indígenas durante la conquista de América, en una jornada marcada por su apoyo a reivindicaciones sociales, que lo llevaron a ser llamado «papa revolucionario».
En Ecuador y Bolivia el papa ha enfatizado en la labor social de la Iglesia católica y en la defensa del medio ambiente, además de abordar asuntos puntuales como el capitalismo o la inclusión de los pobres.