La corrupción es como una droga que produce «dependencia» y genera «pobreza, explotación, sufrimiento», afirmó el domingo el papa Francisco ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
«Alguno se comporta con la corrupción como con las drogas: piensa en poderlas usar y dejarlas cuando quiere», señaló el pontífice durante la misa del Ángelus.
«Se comienza con poco: una pequeña suma de aquí, un soborno allá… y entre esta y aquella, lentamente se pierde la libertad», advirtió, añadiendo que también produce «dependencia y genera pobreza, explotación, sufrimiento».
«En cambio, cuando buscamos seguir la lógica evangélica de la integridad, de la transparencia (…) de la fraternidad, nos convertimos en artesanos de justicia», alegó el papa argentino. «En la gratuidad y en la donación de nosotros mismos a nuestros hermanos, servimos al amo justo: Dios», añadió.
En su segundo mensaje de este domingo condenando la corrupción, el papa Francisco planteó: «Jesús nos exhorta a hacer una elección entre él y el espíritu del mundo, entre la lógica de la corrupción y la codicia y la de la Justicia y el compartir». Lo hizo en el tradicional Ángelus desde el balcón del Palacio Apostólico del Vaticano.
Horas antes, en un mensaje a los gendarmes vaticanos, Francisco se había mostrado «impactado» por el avance «por todos lados» de la corrupción. Lo hizo en un domingo en el cual el Evangelio de San Lucas recuerda la parábola del administrador infiel y destaca «la astucia de los hijos de este mundo».
Luego, en el Angelus, el Papa comparó: «Algunos se comportan con la corrupción como con las drogas: piensan que la pueden usar y después dejarla cuando quieren». Y describió que «se comienza con poco: una pequeña suma de aquí, un soborno allá… y entre esta y aquella, lentamente se pierde la libertad», advirtió.
Francisco denunció también que «la corrupción produce adicción y genera pobreza, explotación y sufrimiento. Y cuántas víctimas hay hoy en el mundo de la corrupción generalizada». «En cambio, cuando buscamos seguir la lógica evangélica de la integridad, de la transparencia de la fraternidad, nos convertimos en artesanos de justicia», alegó el Papa argentino.